miércoles, 5 de enero de 2022

LA PRIMERA ENTRADA DE 2022

 


                                                           Hay un lugar adonde se van todas las miradas.

                                                                                                       Xavier Abril



   Son los primeros días del nuevo año. Como estamos en verano en este hemisferio, los días amanecen con mucha luz, cosa que me fastidia: soy más de otoños e inviernos, de días nublados, incluso con garúa, que de días soleados y con bochorno, pero en fin, verano aparte, he decidido empezar a escribir la primera entrada para esta bitácora que se encamina a los doce años de manera silenciosa. He seleccionado para escuchar, en tanto escribo, tres piezas de Johannes Brahms, mi músico favorito (por ahí cercan andan Schubert, Schumann, Mozart, Beethoven, Chopin...): el Concierto para violín y violonchelo en la menor, Op. 102; el Trío para piano, clarinete y cello en la menor, Op.114 y la Sonata para violonchelo No. 1 en mi menor, Op. 38. Obras que me crean una atmósfera propicia para la escritura.





   El 2021 fue un año pleno de lecturas. Para este 2022 están en compás de espera algunos libros: lecturas y relecturas; es decir, diálogos, como es en realidad toda lectura, pero también campo a través del cual expresamos nuestros deseos de continuar luchando, resistiendo con alegría, con ganas de seguir viviendo ahí donde todo pareciera cubrirnos con desesperanza, con tristeza, con derrota. Lectura, sinónimo de alegría, de resistencia, de vida.





   Cientocuatro libros en un año, entre novelas, cuentos, ensayos (fuera de poemarios y otros libros), no es un mal número (lo digo sin jactancia), quizá exagerado para algunos, pero fueron las experiencias de este camino que concluyó y que a pesar de las dificultades de la pandemia disfrutamos: cada libro fue no solo una aventura, también un reto.





   Este nuevo año empecé con la lectura de El baile, novela breve de Irene Némerovsky, escritora de lengua francesa nacida en Kiev (Ucrania), que murió en un campo de concentración a manos de los nazis. Esta obra, la primera que leo de esta escritora, cuenta una historia de venganza de Antoinette, una jovencita de catorce años, contra sus padres, Alfred y Rosine Kampf, un matrimonio de nuevos ricos que aspiran (sobre todo la madre) al reconocimiento de la alta sociedad parisina. La novela se pinta atractiva, viene precedida con la fama de ser una joya breve de la literatura escrita por una entonces jovencísima y sorprendente Irene de 27 años.





   Paralelamente he iniciado el abordaje, lápiz en mano, de los tres tomos de las Poesías completas de la insondable Emily Dickinson, poeta norteamericana que optó por una vida aislada, que en los cortos 56 años de vida fue una casi completa desconocida y cuya poesía es una permanente indagación y revelación de los misterios de la vida. Harold Bloom dijo de ella que tenía “otra manera de ver, casi en la oscuridad”. Por cierto, los tres libros son un afortunado regalo de mi hermano Arturo. Una de esas primeras perlas es el poema 2 que en inglés dice:


There is another sky,

Ever serene and fair,

And there is another sunshine,

Though it be darkness there;

Never mind faded forests, Austin,

Never mind silent fields -

Here is a little forest,

Whose leaf is ever green;

Here is a brighter garden,

Where not a frost has been;

In its unfading flowers

I hear the bright bee hum:

Prithee, my brother,

Into my garden come!






El poema es en realidad un mensaje dirigido al hermano (Austin) para que regrese al pueblo, al hogar, al afecto intenso e irrenunciable de la hermana que es Un jardín más brillante / Que no conoce el hielo… En traducción al castellano de José Luis Rey, el poema dice:


Otro cielo hay aún,

Más sereno y más bello,

Y hay otra luz del sol,

Pese a la oscuridad;

No te preocupes, Austin, por los bosques marchitos,

No te preocupes por callados campos –

He aquí un bosquecillo

Cuya hoja es perenne;

Un jardín más brillante

Que no conoce el hielo;

En sus flores eternas

Oigo el claro zumbido de la abeja.

Por favor, hermano mío,

¡Entra aquí, en mi jardín!





   En estos afanes de lectura, se encuentran sobre mi escritorio obras como La caza espiritual, libro de cuentos de la peruana Miluska Benavides (seleccionada el 2021 por la revista británica Granta como una de las veinticinco mejores narradoras en lengua castellana menores de 35 años); un libro “perdido” desde hace años en mi biblioteca y “reencontrado” hace muy poco: El desierto, volumen que recoge un puñado de cuentos del uruguayo Horacio Quiroga; las novelas Imposturas y Antigua luz de John Banville; Casa de Campo y El obsceno pájaro de la noche, dos novelas del chileno José Donoso; El empleo del tiempo y La modificación del francés Michael Butor; La conjura de los necios de John Kennedy Toole, una divertida novela que hace unos años no sé por qué no llegué a terminar; La busca de Pío Baroja; Orgullo y prejuicio de Jane Austen; cuentos de Antón Chéjov; una biografía de John Lennon, regalo de mi hermana Gloria...





   ¿Algunas relecturas para este año?, me he propuesto releer Buenos días, tristeza de Francoise Sagan, una novela publicada en 1954 y que aseguró el éxito casi inmediato a la joven autora de apenas 19 años. Cuatro años después se filmaría la película que lleva el mismo título de la novela, una muy buena versión dirigida por Otto Preminger que contó con las actuaciones de Jean Seberg, Deborah Kerr y David Niven.






   Un libro cuya lectura me dejó deslumbrado hace unos años fue El mundo de ayer de Stefan Zweig, libro cargado de nostalgia, de recuerdos de una Europa, ya cuando el libro se publicó, desaparecida, destruida a consecuencia de las dos guerras mundiales. Libro póstumo de Zweig, escrito pocos años antes de su suicidio, cuyo texto mecanografiado fue enviado por correo a la casa editorial un día antes de quitarse la vida junto a su esposa. Cito un fragmento: "Fue después de la guerra cuando el nacionalsocialismo comenzó a trastornar el mundo, y el primer fenómeno visible de esta epidemia fue la xenofobia: el odio o, por lo menos, el temor al extraño. En todas partes la gente se defendía de los extranjeros, en todas partes los excluía. Todas las humillaciones que se habían inventado antaño solo para los criminales, ahora se infligían a todos los viajeros, antes y durante el viaje..." Imprescindible.






   He pensado en algunas otras relecturas, por ejemplo, algunos de los libros de cuentos de Julio Ramón Ribeyro y de Raymond Carver (de quien leí todos sus libros de cuentos el año pasado). Dos novelas de escritores peruanos: El libro del amor y las profecías de Edgardo Rivera Martínez (el autor de esa novela fundamental titulada País de Jauja) y Pálido, pero sereno de Carlos Eduardo Zavaleta, un escritor que merece más lectores.





   Algunas obras que espero en el transcurso del año vayan llegando a mis manos: Jakob von Gunten, novela de Robert Walser, autor muy admirado por Franz Kafka; Los recuerdos del porvenir, novela de Elena Garro, obra que ejerció una gran influencia en las novelas de García Márquez, según los entendidos; Hambre del hoy olvidado Knut Hamsun, autor que obtuvo el Nobel en 1920; El desierto de los tártaros del italiano Dino Buzzati; Hermanos de sangre, novela prohibida por la censura nazi y cuyo autor, Ernst Haffner, no volvió a publicar más; las novelas La amortajada y La última niebla, ambas de María Luisa Bombal y los Cuentos completos de Clarice Lispector...





   El año ha empezado bien a nivel de lecturas, que continúe por esa senda. Escribió alguna vez Ribeyro: “¡Cuántos libros, Dios mío, y qué poco tiempo...!” Esperemos que el tiempo nos dé y sea suficiente para lo que nos hemos propuesto, es mi deseo. Así sea.






   Continuará...



                                             Morada de Barranco, 5 de enero de 2022.



4 comentarios:

  1. Feliz año lector empedernido 😃 Citas unos cuantos títulos y autores de los que algo he leido. Mi marido también era un gran lector. Me ha encando el poema que citas de Emily Dickinson.
    Otro cielo hay aún,

    Más sereno y más bello,
    Y hay otra luz del sol,
    Pese a la oscuridad;
    Un saludo desde el frío de España😄

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  2. Gracias, Katy. Que tengas un magnífico año. Soy de leer, también de visionar películas y escuchar mucha música. Son tres de mis pasiones.
    Que bueno que te haya gustado el poema de Emily Dickinson, es una poeta cuya lectura nos ilumina.
    Estoy a la espera de un nuevo post en tu blog, de nuevas alegrías a través de tus fotos. Un abrazo desde mi morada en Barranco.

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  3. Siempre un placer disfrutar su erudición literaria y agradecer su generoso rescate de tantos libros, citas y poemas redentores. Mis mejores deseos para este 2022 para usted y su familia estimado maestro Granda. Saludos fraternos.

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  4. Muchas gracias, apreciado amigo, por su comentario. Es bueno saberlo ahora seguidor de mi bitácora, cosa que también le agradezco. Que este año sea bueno y nos sonría a todos. Un abrazo fuerte.

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