lunes, 28 de enero de 2019

TARDES DE CINE



                                           



                                                         Tú que llevas prendido un cine en la mejilla
                                                                             Carlos Oquendo de Amat







   El año empezó bien. El 3 de enero me llegó una nueva edición de 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat, una edición del Fondo Editorial de la Derrama Magisterial del año 2015. Con este ejemplar tengo ya trece ediciones de este libro mítico de la poesía peruana. Contento.






   Algo que quiero comentar en esta bitácora, que se acerca a los diez años, es que por estos días, en las tardes, junto con Rita estamos visionando una serie de películas: una película diaria, para mayor precisión. Ya es, digamos, tradición en casa. En los meses de enero y febrero, tiempo de vacaciones, los dedicamos a descansar, a olvidar un poco las exigencias del trabajo, cargamos energía para cuando reiniciemos las labores escolares, como todos los años.






   En la tranquilidad de casa nos abandonamos en estas tardes de cine, como las llamamos. Es un momento de comunión de ambos (Rita y yo) con este arte que nos apasiona, es así que nos embarcarnos en las diversas historias que estas películas nos ofrecen. Soy, como decía hace poco, un cinéfilo que si bien ha dejado de ir a los cines, no ha dejado de frecuentarlo (a diferencia de varios, como alguna vez escribió alguien, amo verdaderamente el cine y no las películas, obviamente estoy parafraseando).







   ¿Cuáles son las razones por las que no voy a los cines? Las razones son muchas, he aquí algunas de ellas: 1. La pésima cartelera cinematográfica de nuestro país. Es realmente vergonzante como muchas películas que se visionan en otros países vecinos, aquí es imposible que ello ocurra. 2. Ahora las salas no proyectan las películas en el idioma original y con subtítulos, por lo general lo hacen dobladas, cosa que me desagrada. 3. Una vez en la sala, el riesgo es alto de toparte con gente que asiste al cine, pareciera, solo para comer, otros hablan y hasta se ponen a contar en voz alta anticipándose a lo que se está viendo o, grandísimo pecado, algún energúmeno manipulando su celular, bastante común, por cierto…, en fin, para renegar, mejor veo cine en casa.






   Pero no solo he estado viendo películas, luego de verlas, inmediatamente escribo algunos apuntes, breves, brevísimos, a manera de diario, sin ninguna pretensión. Quiero rescatar esos apuntes en esta entrada, la primera del año 2019, como una invitación para que se atrevan a visionar las películas comentadas u otras películas, el asunto es involucrarse con el cine, que, recuerden, no solo es una actividad puramente distractiva, no es tampoco una pérdida de tiempo (como alguna vez escuché a alguien cuyo nombre quiero olvidar), es un arte y como tal comunica algo o mucho, nos hace conocer, reflexionar, cuestionarnos...; es decir, es una forma de conocimiento que nos hace (quiero creerlo) crecer como seres humanos. He aquí estos apuntes.





  
8 de enero

Gran e inteligente película la que acabamos de ver: Cuento de primavera de uno de los directores de la Nouvelle vague: el siempre bienvenido Éric Rohmer. Por fin pudimos saldar una vieja deuda, costó tanto conseguirla. Una película de final abierto que nos ha dejado encantados.






9 de enero

Acabamos de ver otro genial film de Éric Rohmer: La marquesa de O, basado en un cuento del mismo nombre del atormentado romántico alemán Heinrich Von Kleist. Una película impagable que ganó el Festival de Cannes de 1976. Una curiosidad de esta cinta es ver a Bruno Ganz y Otto Sander, los dos ángeles de El cielo sobre Berlín (dirigida por Win Wenders), bastante jóvenes. Estoy seguro que la seguiré frecuentando. 






10 de enero

Acabamos de ver un maravilloso melodrama de 1955, una película de Douglas Sirk: Solo el cielo lo sabe, con Rock Hudson y Jane Wyman. Cine clásico norteamericano con esa mágica capacidad narrativa que identifica al buen cine de los gringos.






11 de enero

Un western de viejo cuño, uno de los mejores que hemos visto (y hemos visto muchísimos): El último tren de Gun Hill (1959) del director John Sturges. Con las actuaciones de Kirk Douglas, Anthony Quinn, Carolyn Jones... Nos quedamos muy impresionados con este maravilloso film. Pensar que me enteré de este largometraje cuando tuve quince o diecisiés años. Valió la espera.





12 de enero

Un film de William Wyler, clásico de clásicos: Vacaciones en Roma (1953) en un impecable blanco y negro. En medio de la grandeza arquitectónica romana, brillan Gregory Peck y sobre todo la debutante Audrey Hepburn (en estado de gracia). Brillante, encantadora, única. Volveremos a ella, que no quepa duda.





13 de enero

Un film de 1943: Incidente en Ox-Bow, un western que nos hace reflexionar sobre los peligros que corremos al querer tomar la justicia por nuestras propias manos. Henry Fonda y Dana Andrews, magníficos en sus respectivos papeles. La primera y última imágenes, inmejorables; memorable toda la película.






14 de enero

Los mejores años de nuestra vida (1946). Tres militares, que se han hecho amigos en un avión, regresan de la Segunda Guerra Mundial a su ciudad, intentan reincorporarse a la sociedad, pero el asunto no es muy fácil, muchas cosas han sucedido en su ausencia. En torno a esta nueva lucha se desarrolla esta oscarizada (siete premios Óscar) película de William Wyler, un deleite que demuestra la gran capacidad narrativa del buen cine norteamericano. Impagable.






15 de enero

El director francés Éric Rohmer, dentro de su serie Cuentos morales, filmó en 1966 La coleccionista, película donde el protagonista, Adrién, conoce a Haydée, una bella chica que pone a prueba su fidelidad pues este tiene una novia que está vacacionando en Londres. Un film que dura algo más de una hora y que nos hace reflexionar y pasar bellos momentos con los diálogos inteligentes de los personajes. ¿Algo más que mencionar? La belleza de la entonces veinteañera Haydée Politoff.






16 de enero

Del llamado cine negro (muy en boga en los años 40), un film de 1946 dirigido por Howard Hawks: El sueño eterno. Una enrevesada historia de asesinatos y desapariciones pone nuevamente frente a la pantalla a Humphrey Bogart y Lauren Bacall cuyos personajes (Philip Marlowe y Vivian Sternwood) tienen diálogos que son brillantes juegos verbales cargados de mucho humor. Una película con la que hay que estar muy, pero muy atento pues cada detalle sirve para armar el rompecabezas de una emocionante historia. Fantástica.





17 de enero

Una película de 1971, del director italiano Vittorio de Sica: El jardín de los Finzi-Contini. Una familia italiana, de raíces judías, posee una mansión rodeada de un inmenso jardín donde los hijos (Micol y Alberto) invitan a otros jóvenes a compartir con ellos juegos y conversaciones, entre ellos, un amigo muy querido: el tímido Giorgio. En este espacio es donde inicia el aislamiento de estos jóvenes que ven pasivamente como los fascistas se adueñan de Italia confiados en que como italianos no les ha de pasar nada, pero la realidad es otra: Italia entra en la guerra y sus familias desintegradas. Una bella y terrible película que nos ha dejado conmovidos e inquietos.






18 de enero

En 1957, Ingmar Bergman dirige una de sus más bellas películas: Fresas salvajes. Este largometraje narra un largo viaje en el automóvil de un médico ya anciano (Isak Borg) que va junto con su nuera y tres muchachos, que encuentran en el camino, hacia la Universidad de Lund donde el anciano recibirá un reconocimiento académico por su labor. Este viaje sirve para que el protagonista reflexione sobre la condición humana, sobre la vida y la inevitable muerte. Una película conmovedora que nos deja una sensación gratificante y a la vez muy inquietante. Joya del cine.






19 de enero

Yasujiro Ozu dirigió en 1953 su mejor película: Cuentos de Tokio. Una pareja de ancianos viaja a Tokio para ver a sus hijos, pero son recibidos con fastidio e indiferencia. Una de sus nueras, Noriko (esposa de un hijo muerto en la Segunda Guerra Mundial), será la única que los atenderá con afecto. Sin melodrama y sin reproches, los padres deciden regresar a su pueblo y algo inesperado ocurre que confirmará la brecha que hay entre unos padres ya ancianos y sus hijos egoístas e insensibles. Una de las grandes películas del cine mundial.






20 de enero

En 1951 se estrena Diario de un cura rural, del director francés Robert Bresson. El film aborda las tribulaciones de un joven cura en la parroquia donde lamentablemente no es bien recibido. Su mala salud (su estómago solo resiste el pan duro, vino y algunas frutas), el rechazo de los pobladores, los falsos rumores divulgados por una adolescente mentirosa y calculadora lo llevan a una crisis de fe que alteran su vida ya de por sí complicada. Sin duda, una excepcional película, una rotunda joya del cine.






21 de enero

Los coristas es una película estrenada en 2004 y fue dirigida por el francés Christophe Barratier. Un film donde se aborda dos maneras de enfrentar la indisciplina de niños y jóvenes en un colegio de internos con mala conducta: uno a través de normas rígidas, duras y esquemáticas (como lo hace el director Rachin) frente a otro, el trato humano, compasivo e imaginativo a través de la música (empleado por el profesor Clément Mathieu), esto último como un medio de transformación de las vidas de aquellos que en la sociedad han sido juzgados y condenados como casos perdidos. Una película conmovedora que permite espacios para la reflexión. Imperdible.






22 de enero

El matrimonio de María Braun (1979), film del director alemán Rainer Werner Fasbinder que aborda el terrible periodo de la posguerra y la "milagrosa" recuperación económica alemana. La vida de María es, en realidad, una metáfora de este periodo duro en el que algunos (o muchos) debían renunciar a sus principios para sobrevivir, para imponerse y reconstruir un país y sus propias vidas. Una película irónica y hermosamente dura de este ya legendario director germano. Por cierto, María Braum, o sea, Hanna Schygulla, está en el apogeo de su belleza. Grandísima película.






23 de enero

Del surrealista Luis Buñuel, uno de los directores que más admiro, el film El bruto (1953). Película que cuenta la historia de Pedro, carnicero fornido pero de pocas luces que es manipulado por Andrés, un hombre ya mayor, propietario de varios inmuebles que se aprovecha de él para proteger sus intereses a costa de los que menos tienen. La película desarrolla una crítica a las profundas desigualdades de una sociedad donde la ley está en manos del que tiene más dinero y/o del más fuerte. En algún momento la historia se abre a la esperanza: Pedro halla en el amor la redención para su oscura vida, pero ¿habrá una oportunidad para él? Un film inquietante y muy influenciado (esto como mérito) por el cine "noir". Imperdible.






24 de enero

En 1946 se estrena El filo de la navaja, del director Edmund Goulding. Larry Darrell (Tyrone Power) regresa de la gran guerra (la primera) donde ha luchado como piloto: la paz ha llegado a las naciones, pero no a su vida. El desasosiego lo gobierna, no tiene empleo porque no quiere, lo cuestiona todo, incluso el amor: ama a una bellísima mujer (Isabel, interpretada por la esplendorosa Gene Tierney) y es amado, pero no tiene claro hacia dónde va su vida. En busca de respuestas realiza un largo viaja por el mundo. Cuando regresa, muchas cosas han cambiado: la decadencia, el deterioro ha alterado la vida de muchos de sus amigos y de la mujer que amó. Una bella película que nos deja muchas cosas, entre ellas esta frase: "La bondad es, al fin y al cabo, la fuerza más poderosa del mundo". Soberbio.






25 de enero

Jean Vigo vivió poco, apenas 29 años, la tuberculosis acabó con él, pero antes nos dejó un mediometraje (Cero en conducta) y un largometraje que acabamos de ver: El Atalante (1934), considerada como una de las más importantes de todos los tiempos. El Atalante es un navío de carga donde Jean, el dueño del barco, pasará su luna de miel con Juliette que sueña con llegar a París y divertirse. En su travesía, un personaje crucial los acompaña, un viejo lobo de mar antisocial y amante de los gatos: el tío Jules. Aparentemente nada ocurre en la película, pero la historia posee imágenes de una intensidad y lirismo insuperables que bucean en las profundidades del amor como un espacio no solo de encuentros, también de desencuentros. Y en todos ellos, el fuego. Impostergable, si dices amar el cine.






26 de enero

El año 2007, Javier Bardem ganó el Óscar por su papel de Anton Chigurh, uno de los villanos más detestables del cine. ¿La película? Sin lugar para los débiles, un film dirigido por los hermanos Coen (quienes tienen otro par de joyas: Fargo y Temple de acero). Moss (Josh Brolin), soldador, cazador y veterano de guerra, encuentra y se apropia de dos millones de dólares, dinero de un abortado negocio de narcotraficantes. El escalofriante Chigurh es contratado para recuperar el dinero y eliminar a Moss, entonces se inicia una despiadada persecución donde ningún espectador puede quedar impasible. Mientras, el sheriff Bell (Tommy Lee Jones), a punto ya de retirarse, se hace cargo del caso e intenta atrapar a uno y proteger al otro. El final es inquietante. Gran película donde se percibe una saludable influencia del viejo y querido western. De las mejores cintas de la década pasada.





27 de enero

Dulce pájaro de la juventud (basada en la obra teatral de Tennessee Williams) es un film de 1962 dirigido por Richard Brooks (quien también dirigió otra obra de Williams: La gata sobre el tejado de zinc). Chance Wayne (Paul Newman), joven guapo y vividor, regresa a su pueblo con la compañía de la atormentada actriz Alexandra del Lago (Geraldine Page) con quien tiene un acuerdo para que ella lo apoye en el despegue de su carrera en Hollywood. Pero Chance tiene también otra motivación, ha regresado al pueblo para buscar a la mujer que ama: Heanvenly (Shirley Knight), hija de un político poderoso y corrupto que lo desprecia por considerarlo un don nadie. La lucha por ser alguien e imponerse en una sociedad hipócrita, de alguna manera, es el leitmotiv de esta tensa película donde cada uno de los tormentosos personajes "vive su propio infierno".






28 de enero

El año 2000, Wong Kar-wai estrena la película Deseando amar, una rotunda joya del cine, una intensa historia de amor entre dos personajes, en el fondo, solitarios: el periodista Chow Mo-Wan (Tony Leung Chiu-Wai) y la secretaria Su Lizhen (Maggie Cheung Man-yuk), ambos son vecinos, ambos descubren que sus respectivas parejas los engañan, ambos entablan una amistad que les hace ver la necesidad de estar uno junto al otro, a un paso del amor. Pueblan este film silencios, miradas, pensamientos, deseos que alimentan la urgente sensación de acercarse, tocarse, abandonarse a lo que en la pantalla no vemos pero sospechamos si ambos personajes se atrevieran: amar y ser amados. Una bella película de amor. ¿Algo más? Sí, la estilizada belleza de Su Lizhen y el esplendor de sus vestidos. Realmente imprescindible.






   Mañana (y los días siguientes) continuaremos con nuestras sesiones cinematográficas, nos esperan varias películas de Woody Allen, Luchino Visconti, Carl Theodor Dreyer, Marcel Carné, Stanley Kubrick... Una larga lista que nos entusiasma, pues si bien enero está por terminar, aún nos queda el caluroso febrero; es decir, todavía tendremos días de cine, mejor dicho: tardes de cine. Así sea.









   Continuará…






                                      Morada de Barranco, 28 de enero de 2019.