Los libros son como semillas.
Pueden estar siglos aletargados y luego
florecer en el suelo menos prometedor.
Carl Sagan
Al visitar algunos blogs, me doy con la
sorpresa que los administradores de varios de ellos utilizaron un mismo cuestionario
relacionado con la lectura, con los libros a fines del año pasado. El
cuestionario me parece entretenido así que decidí aplicármelo a mí, aunque
claro, con algunos cambios, un asunto de forma más que de fondo. Este es el
cuestionario en mención
¿Cuál es el autor del que has leído
más libros?
Nunca olvidaré cuando a
los dieciséis años me propuse leer todo el teatro de Shakespeare. Iba comprando
obra tras obra, libro tras libro. Es cierto, nunca llegué a leer la obra
teatral completa del "Cisne de Avon", pero compré como doce o quince libros (que
todavía conservo) y cuando la vista se topa con algunos de ellos, dejo pasar
mis dedos por el lomo del libro con mucho cariño y cual si fuera una película me remonto a esos tiempos de lecturas
enfebrecidas de ese adolescente que fui: apasionado por la lectura, por los
libros y que iba descubriendo sorprendido en las tragedias de Shakespeare
(sobre todo ellas) las profundidades de la psicología del ser humano. Sí, creo
que del autor de quien más libros he leído es Shakespeare, muy cerca están los
libros del austriaco Stefan Zweig, el ensayista (no el poeta) Alfonso Reyes y
creo que el gran Antón Chéjov y Honoré de Balzac.
¿Cuál es tu lectura actual?
El año empezó bien a
nivel de lecturas, por ejemplo, en el mes de enero leí tres novelas: Confusión de sentimientos de Stefan
Zweig, Alicia en el país de las
maravillas de Lewis Carroll y Los
adioses de Juan Carlos Onetti (aparte de otros libros, generalmente de
poesía). Ahora ando enfrascado en una novela corta de Heinrich Böll, me refiero
a El pan de los años mozos. Una
lectura paralela a la novela mencionada es un libro que recoge los artículos y
ensayos del gran prosista peruano Víctor Hurtado Oviedo escritos desde el año
1996, el libro se titula Otras
disquisiciones y es altamente recomendable, se disfruta mucho con este
libro de textos breves y muy ocurrentes. Junto a estos dos libros circulan como
lo decía, la infaltable y necesaria poesía (Jorge Eduardo Eielson, Pablo Guevara, Rubén Darío, Victoria
Guerrero, Martín Adán).
¿Qué bebida prefieres para leer?
El café, sin lugar a
dudas: recién pasado, aromático y humeante, oscuro, muy oscuro, algo amargo y
con esa acidez leve que tanto me gusta. No hay nada, o mejor dicho, son muy
pocos los placeres que se pueden comparar con el acto de pasar los ojos por las
líneas mientras se va degustando lenta, pausadamente el líquido oscuro del
siempre bienvenido café. Debo reconocer que no me atraen el té ni otras bebidas
aromáticas como el anís, la manzanilla, la hierba luisa, por mencionar algunas,
menos como compañía placentera de un libro.
¿Cuál es el personaje de ficción
con el que probablemente hubieras salido?
Difícil la respuesta. Me
pongo en el plano de la ficción, ojo ahí, y trato de ubicar un personaje, solo sé
que tendría que ser femenino. En un primer momento iba a decir Naná, pero el
peligro que se corre con ella es altísimo, aparte que no sé yo si estaría a la
altura de sus expectativas monetarias. Luego pensé en Natasha Rostov de Guerra y Paz, hasta en Madame Renal de Rojo y Negro, pero, pero… Creo que
pensándolo bien, sería divertido salir con Anna Serguéyevna, la famosa dama del perrito, personaje del cuento del maese Antón Chéjov.
¿Consideras a alguna obra como joya
literaria escondida?
Bueno, sin tanto
escarbar, me atrevería a decir que la obra de Stefan Zweig, sobre todo sus
ensayos, sus novelas, son joyas escondidas, libros por descubrir, mejor dicho,
por redescubrir. Pienso en sus novelas cortas como Carta de una desconocida, en Confusión
de sentimientos o en Mendel, el de
los libros. Al recuerdo también vienen los tres ensayos de un libro
apasionado y apasionante como es La lucha
contra el demonio o esas astillas históticas deslumbrantes que conforman Momentos estelares de la humanidad o
quizá El mundo de ayer, las memorias de
Zweig, libro con el que se podría discrepar de algunas o muchas cosas, pero que
es endemoniadamente entretenido y muy informativo. Creo, estoy seguro que se
viene la nueva hora del gran e injustamente olvidado Stefan Zweig.
¿Algún momento importante en tu
vida lectora?
Muchas. De todas ellas, la que a continuación
refiero. Una vez me aconteció algo extraño, extrañísimo al comprar un libro.
Estaba por el jirón Lampa cuando en una acera, un ambulante ofrecía a precios módicos
una buena cantidad de libros, me llamó la atención que muchos de ellos estuvieran empastados con cuero y que llevaran
letras doradas en los lomos, algunos en buen estado, otros picados, pero todos
ellos, según pude constatar, pertenecieron a una misma biblioteca (el sello en
cada uno de ellos indicaba que el dueño fue un tal Manuel Cubillus). Cogí de
entre ellos un libro pequeño, empastado en cuero y en regular condición: Últimas confidencias de Alfonso de
Lamartine, publicado en Madrid en el año 1866.
El libro me costó casi nada. Ya en el carro y de regreso a casa
empecé a hojearlo y para mi sorpresa encontré "escondido" en su
interior un trébol de cuatro hojas (señal, dicen, de buena suerte), y
unas páginas más adelante, una pequeña hojita cuadrada con el mes, el día,
la fecha, el tipo de luna y el santo: 14
de enero, esa era la fecha de la hojita de ese viejo calendario. Lo extraño
del asunto es que esa fecha es el día de mi cumpleaños. ¿Coincidencia? Tal vez.
Decidí tomar estos hallazgos como el anuncio de tiempos mejores.
Quiero y lo pienso así (todavía). Ahí donde encontré el trébol y la hojita del
calendario, ahí se quedaron. Y el librito está en mi biblioteca como una de mis
joyas más preciadas acompañándome ya casi treinta años.
¿Un libro recién terminado?
Como lo dije antes, Los adioses de Juan Carlos Onetti,
novela breve donde entre chismes y malas interpretaciones se desarrollan los
últimos días de un basquebolista tuberculoso quien mantiene, por lo demás, una
doble relación con dos misteriosas mujeres que despiertan las murmuraciones
nada santas de un almacenero y de un enfermero, entre otros. Otro libro que
terminé recientemente es Retorno de la
creatura, poemario del poeta peruano Pablo Guevara. Este libro fue editado
en 1957 en Madrid y ganó el Premio Nacional de Poesía, pero nunca circuló por
el Perú, por primera vez ha sido editado en el país gracias a la iniciativa
editorial de Vivir sin enterarse. Un
gran libro de un gran poeta.
¿Qué tipo de libros no leerías?
Creo que los llamados
libros de autoayuda. No me interesan en lo más absoluto. Me parece que son
libros preparados a propósito para lograr grandes ventas a costa de gente
incauta que necesita leer contenidos supuestamente sabios, profundos, que le
enderecen la vida. En lo más mínimo despiertan mi atención aquellos libros que
tienen respuestas para todo. Esa sabiduría epidérmica me repele, la quiero
lejos de mí. Sé que hay gente que adora esos libros de supuesto crecimiento
personal, conmigo no van. Si de algo estoy seguro es que nunca habrá en mi
biblioteca un libro de Paulo Coelho, por ejemplo, jamás El alquimista, El Zahir, Verónika decide morir o El peregrino de Compostela se han de
codear atrevidamente con Pedro Páramo, La
Cartuja de Parma, 5 Metros de Poemas o los Ensayos de Montaigne, nunca, por lo menos no en mi biblioteca.
¿Cuál consideras al libro más largo
que has leído?
Creo que el libro más
largo que he leído hasta el momento (aunque todavía no lo he terminado, ¿habrá
alguien que lo haya terminado? Sí, mi hermano Arturo), si podemos considerar
sus siete tomos como una sola obra, ese es En busca del tiempo perdido
(voy por el cuarto tomo) del fino y observador Marcel Proust. Luego podría
mencionar a Los Miserables de Victor Hugo, Guerra y Paz de León
Tolstoy, El conde de Montecristo de Alejandro Dumas. Estos tres últimos
son libros monumentales que exceden con facilidad las mil quinientas páginas,
cada uno.
¿Número de estanterías que posees?
Son dos bastante
grandes donde ya no entran más libros, en realidad los libros están por todo
lado en casa (menos en la sala, cocina y baño), forman torres, muchas
torres, pero no se vaya a pensar que en desorden, sería incapaz de maltratar
los libros. Por ejemplo, una de esas torres, la más cercana y reciente es la que tiene los diez
tomos de la obra de J. R. R. Tolkien (El
señor de los anillos, el hobbit, El Silmarillion, Roverandom…), el primer tomo de los Cuentos completos de Anton Chéjov, Ensayos de Luis Loyza, La poesía surrealista (traducciones de
César Moro), Personae de Ezra Pound, La oveja negra y demás fábulas de Augusto Monterroso, Mi último suspiro de Luis Buñuel, Poesía completa de Edith Södergran…
¿Qué libro es el que has leído más
veces?
Ese libro es uno del
escritor francés Henry Beyle, más conocido como Stendhal, me refiero a Rojo y Negro. Hubo un tiempo en que
tenía varias versiones y traducciones (siete u ocho) de esta novela. Cada uno
de ellos fue leído una o dos veces. Ahora apenas conservo la edición de Alianza
en traducción de Consuelo Berges, los otros libros los fui prestando (que es
una forma segura de irlos perdiendo) y los fui regalando. Como todo clásico, recuerdo
que a cada nueva lectura que hacía de este libro, descubría ciertos ángulos,
campos que no había percibido en lecturas anteriores. Estoy seguro que pronto
volveré a sus páginas.
¿Cuál es tu lugar favorito para
leer?
Jamás diré que la cama.
Me es incómodo y ni bien empiezo a leer en ella… me quedo soberanamente dormido.
Creo que tampoco lo es un sillón. Un buen lugar, supongo, sería hacerlo bajo la
sombra de un árbol, pero si me preguntan por algún lugar de casa, dos serían
los lugares preferidos: uno es el baño y el otro es donde haya una mesa y una
silla (el comedor, el dormitorio). Claro que ambos deben tener una buena iluminación,
ya pasaron esas épocas en las que podía leer casi entre penumbras, hoy requiero
de mucha luz. Recuerdo que cuando niño era muy común que me fuera a los parques
del malecón de Barranco y me tumbara en el pasto donde me abandonaba a las
fascinantes historias de los “chistes” (hoy los llaman cómic o tebeos en
España) o como alguna veces sucedía, me iba al Morro Solar de Chorrillos y en
un punto que solo yo sé, me ponía a leer libros, libre del ruido de la ciudad,
solo acompañado por el sonido de las olas del mar y del viento, pero cuando me
enteré que el morro se estaba convirtiendo en refugio de asaltantes, ni mi
sombra se volvió a ver por esos lares.
¿Qué frase te inspira o emociona de
un libro que hayas leído?
Cuando adolescente
descubrí en Veinte poemas de amor y una
canción desesperada, del torrencial Pablo Neruda, unos versos del poema XX,
me refiero a este dístico: “Ya
no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. / Es tan corto el amor, y es
tan largo el olvido”. Me marcó, tanto es así que Neruda
se convirtió, por entonces, en un dios que luego sería desembarcado por otros:
César Vallejo, Fernando Pessoa, Luis Cernuda, Paul Celan, Ezra Pound, Rubén
Darío, en fin. Esos versos, especialmente el segundo, hoy solo son un recuerdo
grato. También podrían ser estos versos de Martín Adán: “Si quieres saber de mi
vida, / Vete a mirar al mar” o las primeras líneas del Manifiesto del Partido
Comunista: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo…”. En
realidad son varias las citas, pero con estas tres son suficientes.
¿Hay alguna lectura de la que te
arrepientas?
Creo que ninguna, todo
lo que he leído me ha servido, me ha alimentado, si por ahí hubo alguna lectura
que no me agradó la he saludablemente olvidado. Cervantes decía: "No hay
libro tan malo que no tenga algo bueno.". Perdonen el cliché, pero es pertinente.
¿Cuáles son tus tres libros
favoritos de todos los tiempos?
La pregunta parece un
disparo a boca de jarro. Es difícil. Tomo mi tiempo y siempre lo siento como
que me agarra de sorpresa y me nublo y no atino a elegir, aunque tengo claro al
primero, el de siempre, como ya lo dije: Rojo
y Negro de Stendhal. Para ser justos, escojo ahora dos libros de otros
géneros: Prosas apátridas de Julio
Ramón Ribeyro y Poesía completa de
Paul Celan.
¿Cuál es tu peor hábito de lectura?
Más que del hábito de
lectura propiamente dicho, es de algo relacionado con ella. Antes era descontrolado en mis compras de libros. Por estos tiempos me
mido en los gastos para comprarlos. En el pasado no sucedía así, no
controlaba mis gastos y me ponía en serios aprietos. Ya casado, con una hija,
con más responsabilidades, lo pienso bien antes de comprar un libro. Antes no
era así, cuando no compraba un libro, me lamentaba, me reprochaba, no estaba
tranquilo. Ahora todo eso, en gran medida, lo he ido perdiendo, superando, como se dice.
La X marca el lugar: elige el libro
nº 27 de tu estantería empezando por arriba a la izquierda. ¿Cuál es?
En la parte superior
tengo los libros de filosofía, política, derecho. Cuento veintisiete, en el
orden indicado, y entre los dos tomos de las Obras escogidas de Rosa Luxemburgo y Teoría pura del derecho de Hans Kelsen, se encuentra una versión
popular en pasta roja de un libro de ideología detestable, hablo de Mi lucha, del inefable y oscuro Adolfo
Hitler.
¿Tu último libro comprado?
Retorno a la creatura,
un libro de poemas de Pablo Guevara. Todo un acierto su edición.
¿El
último libro que te regalaron?
En Navidad me regalaron dos libros: Los Beatles vs los Rolling Stones de
John McMilliam (que fue literalmente devorado) y el primer tomo de los Cuentos completos de Antón Chéjov. Pero
el último libro que me regalaron fue por mi cumpleaños, hace menos de un mes: Otras disquisiciones de Víctor Hurtado
Oviedo, obsequio de mi hermana Gloria.
¿Último libro que te mantuvo
despierto hasta tarde?
En varias oportunidades
me quedé hasta tarde y me despertaba muy temprano para seguir leyendo El mundo de ayer, las memorias de Stefan
Zweig, libro que voy literalmente paladeando, que leo tomándome mi tiempo,
disfrutándolo casi gota a gota. Bello y doloroso libro en el que el autor deja
constancia de la existencia de una Europa para entonces en escombros.
Continuará…
Morada de Barranco, 10 de febrero de 2015.
Profesor orlando cuando nos reunimos? Yo me he dedicado sobre todo a estudiar obras de filosofía, psicología y religión, principalmente textos de cristianismo, gnosticismo, filosofía oriental, hermetismo, alquimia, cábala y ocultismo. Ojalá nos podamos ver pronto. Un abrazo.
ResponderEliminarProfe! Muy buen cuestionario! Yo tambien he leido "Rojo y negro" y "5 metros de poemas", son muy buenos. espero poder leer muchos de los libros que menciona ahi! Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarGracias, Christian. Coordinamos pronto. Muy interesante lo que dices. Gracias por leerme y por dejar tu comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarJairo, gracias por tu visita y comentario. Qué bueno lo que me dices con respecto a la lectura de esos libros. Un abrazo.
ResponderEliminarEs obvio que ha leído miles de libros, pero se acuerda del argumento de cada uno de ellos, o al menos de los que tiene en su casa?
ResponderEliminarNo sé si miles, Yzavo, pero he leído algunos. Me acuerdo de manera general, no al detalle, hay cosas que el tiempo va haciendo olvidar. Un abrazo, gracias por tu comentario.
ResponderEliminar