viernes, 31 de diciembre de 2010

MI MORADA DE BARRANCO

                                                                        Hemos hallado una calle escondida...
                                                                                                     Martín Adán

   Se acaba el 2010. Con algo de tristeza espero el nuevo año, tristeza y esperanza, en realidad. Después de mucho tiempo he recorrido casi todas las calles de Barranco. Estos últimos días, Rita y Kathia han sido mis compañeras de búsqueda. Rita, mi esposa; Kathia, mi hija. ¿Búsqueda? Sí, búsqueda. Luego de once años debo abandonar el edificio donde he vivido tantas y tantas experiencias: aquí inicié mi entonces joven matrimonio, aquí creció mi hija, aquí maduraron mis libros, aquí es donde reafirmé mi amor por Rita, donde aprendí (y aprendo todavía) a ser padre, donde cada noche, antes de acostarme, echo un vistazo desde la ventana de mi cuarto la casa de mis padres, donde me animé a escribir todos estos recuerdos que he ido colgando en este blog que nació aquí, en este departamento de este edificio que en pocos días debo dejar.
   Tristeza, una sensación de perder algo que es tuyo, pero que materialmente es de otro. Esperanza, porque si algo termina lo que viene podría ser mejor y en ello me empeño. Caminatas, largas caminatas buscando un nuevo lugar y la confirmación, la certeza que el único lugar donde podría vivir es en Barranco. No podría ser ni en Chorrillos, ni en Surco, ni en Miraflores, que son tan cercanos. ¿Terquedad? No, raíces. Transitar por sus pequeñas calles, redescubrir su paisaje me hizo rememorar algunos aspectos de mi vida que iba contando, mientras caminábamos, a mi esposa e hija. Gran paciencia la de ellas: la casa donde me sacaron por primera vez una muela, el parque donde niño escondía mis chistes que luego perdí, el malecón que fue testigo de mis primeras experiencias con el cigarro o el alcohol... Calles, plazuelas, rincones donde pasé algunas aventuras con mis ex compañeros de colegio, de infancia, de adolescencia... en fin.
   Con la esperanza de que mi vida seguirá transcurriendo en Barranco, van como un humilde homenaje a este pequeño territorio donde he vivido toda mi vida estas doce fotos que saqué hace un tiempo atrás.


La Ermita y el parque a manera de andenes.


La Ermita vista desde atrás.

El Puente de los Suspiros.


El Puente de los Suspiros desde la plazuela de la Ermita.


Calle empedrada y cercana al puente y la Ermita.


Casona barranquina en el parque.



Ranchito en la Bajada de los Baños.



Puente y Ermita desde otro ángulo.


Palacio barranquino en la Av. Grau.


Camino al puente, a la Ermita, a la Bajada de los Baños.


Biblioteca Municipal en el Parque Central de Barranco.


Palacio de Osma (hoy museo) en la calle Pedro de Osma, camino a Chorrillos.


   A dos horas para que se inicie el nuevo año, desde mi morada en Barranco: ¡Feliz año 2011!

Continuará...

                                      Morada de Barranco, 31 de diciembre de 2010.

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