miércoles, 22 de diciembre de 2010

DE MOTES, CHAPAS O SOBRENOMBRES

                                                                            Se prohíbe estar triste.
                                                                              Carlos Oquendo de Amat


   Es inevitable, siempre donde hay grupo, las chapas son de lo primero que se produce. Antes de la amistad, los sobrenombres; antes de la conversación, los apodos; antes de casi todo, los motes. El peruano es así, el limeño es así. En una oportunidad leí que hubo un compositor criollo que tenía problemas en la cintura y caminaba medio encorvado y las malas lenguas (que eran las de sus propios amigos) lo bautizaron como “A sus marcas”. Hace muchos años tuve una compañera de trabajo ya mayorcita, gustaba maquillarse a veces exageradamente, con típica crueldad limeña fue bautizada (sin que ella se entere) con el apelativo de “Muñeca antigua” (digamos que el más suave o poético, si se quiere) o "Sobaco de elefante" (sobrenombre extremadamente duro, pero efectivo, valgan verdades).
   Igual, en mis épocas de colegio hubo de todo, para todos los gustos.  Recuerdo que la chapa de Marcos Inca era “Gilligan” (el de la serie), y también por su estatura y lo parsimonioso de su juego en el fútbol le decían “Leguía”, pero estos motes quedaron en el olvido cuando descubrimos que su segundo nombre es Policarpio, y de allí nació el ahora famoso “Poli”, y así es conocido por todo el mundo hasta el día de hoy. Carlos Antonio Cuba Aguilar se le llamaba por obvias razones, y él se picaba (siempre fue picón, je, je, je…), “Condorito”, pero casi al terminar el colegio algunos le decían CACA, iniciales de sus nombres y apellidos. Carlos Silvera Reyes tenía un caminar muy particular, la cabeza parecía bailarle sobre el cuello, y viéndolo bien hacía recordar a un reptil, de allí su apelativo: “Lagartija”. Por el rostro alargado, a Luis Bustillos Oyanguren le decíamos “Cabazorro”, "Tiroloco" o simplemente “Caballo”. A Javier Alvarado se le decía “Javicho” o “Macrocéfalo” y en el campamento de 1979 lo bautizamos como “Mami” (porque tuvo dificultades para bajar por el camino entre San Pedro de Casta a Huinco). A Santiago Claus Contreras, el benjamín de la promoción, por el corte de pelo le decíamos “Huevo duro”, en alusión al amigo de Condorito. A Eduardo Lau Choy, de evidente ascendencia china, le decíamos “Care’plato” o sencillamente “Chino”. A mi gran amigo Ricardo Nervi Chacón recuerdo que Gustavo Salinas le decía “Nervioso”, por el apellido Nervi o jugando con su segundo apellido le decíamos Nervi “Chancón”, pero, si mal no recuerdo, le decíamos a nuestro “plumífero” amigo “Buitre”. A Adriano Varona, el piurano, le decíamos “Borracho”, ya no recuerdo por qué. A Héctor Patazca Osnayo, me parece que por sus orejas, le decíamos “Rata” o “Ratini”. Un año, creo 1978, Raúl Jarama se tiñó el cabello de rubio, suficiente, se le bautizó como “Jimmy Carter”. A Miguel Vegas Vaccaro se le decía “Choclón” o “Cholo”, no sé si porque choleaba a todo el mundo o porque cuando hablaba fallaba en la concordancia, pero tengo entendido que también le decían, por obvias razones "Cara de rata". A Víctor Madrid, que al caminar parecía que se sacaba virutas de los muslos, lo bautizó, un profesor de Historia, uno bajito y gordito, creo que se apellidaba Lozano, como “Pitito”. A Jhony Lezama Palma, admirador a muerte de los Bee Gees, le decíamos “Cholo Lezama”. A Jorge Milera que tenía un caminar como de robot se le decía “Maquinita”. Recuerdo a mis amigos “ponjas”: a Jaime Oshiro, si mal no recuerdo el segundo más veloz después de Gustavo Salinas, se le llamaba “Taqui”, y se le llamaba “Cocha” a Juan Carlos Tokumori (aunque esos son sus nombres japoneses y a los dos se les llamaba indistintamente “chinos”). A Ricardo Pacheco Arancibia, que en algunas oportunidades llevaba un tocadiscos con sus respectivos 45’s y los hacía sonar en el salón, se le llamaba “Huevo”. Franklin Sosa tenía como apelativo “Mono” y a su hermano Alfredo, que heredó la chapa con diminutivo, se le llamaba “Monito”, aunque fue una chapa sin mayor éxito. A Sandoval Palma (lo recuerdo leído, hábil, extrovertido) y a Vera Morón (flaco, grandazo y desgarbado, recuerdo que por su porte, Huarachi lo invitó públicamente a la selección de atletismo, pero él tenía dos piernas izquierdas o dos derechas, como se le quiera ver) se les decía indistintamente “Negros”. “Loco pan” era el apelativo de Santos Ríos, obviamente por la panadería de su viejo. Uno de los “puntos” del salón, desde primero, era mi amigo Lisandro Tovar a quien le decían “Cholo”, “Serrano”, “Eleuterio”, “Yamaha” y otras cosas más, cuántas veces tuvo que pelear para no “hacerse pisar el poncho”, como se dice (jajaja...). Recuerdo que a Ángel Zavala, que rengeaba a consecuencia de una poliomelitis, Carlos Cuba lo bautizó como “Cueto” o “Zurdo”, en alusión al “Poeta de la zurda”. A Herrera Baca, “Poli” lo bautizó como “Palero”, porque paraba contando historias un tanto exageradas. A Juan Carlos Coronado no recuerdo una chapa especial, pero nada raro sería que le hubiéramos llamado “Cuatrojos”, debido a los gruesos anteojos que usó desde que lo conocimos en primero. Por la delgadez de “Kike” Vaca Camargo, recuerdo que se le decía “Perro flaco” o “Fantasmagórico”. A Víctor La Rosa se le llamaba así de sencillo: “Chato”. A Jorge Neyra Quispe por su rebelde pelo parado se le llamó: “Clavillazo”, “Trinchudo”… A Wilder Zevallos se le llamaba “Muerto”, y al camarada James Carbajal le decíamos “Átomo”. Ahora bien, por su palidez, a Gustavo Salinas se le llamaba "Rata blanca" aunque bien pudo llamérsele "Fosforito" porque sus reacciones eran de temer. Hubo un grupo de quienes no recuerdo sobrenombres, son los casos de “Kike” Torres (a quien alguna vez puse una chapa que no tuvo pegada: “Ardilla gorda” porque en primero era gordito y dientón), a Mario Alcides Concha (de quien recuerdo que se jugaban con su apellido con cosas como: “¡Concha, qué tal c…!”), a Miguel Sánchez Cueto (mi buen amigo y compañero de carpeta por dos años), a Méndez Lupérdiga, a Ciro Quispe, al pequeño Jaime Paniccia (de quien alguien me comentó que era sacerdote o pastor de una iglesia).

Continuará...

                                           Morada de Barranco, 22 de diciembre de 2010.

2 comentarios:

  1. Que buenas, chapas a por donquier, y al escritor como se le llamaba? se la dejo para algun revanchista, pero no ignoremos la buena chapa de mi amigo Sanchez Cueto mas conocido como betito por el comico de la TV; A Mendez; si no me equivoco llevaba el apodo de una estrella de telenovelas mexicanas..? al chato Paniccia por supuesto stallon Italiano; la cholita Gomez, Cabezon Rodriguez, A Pareja? etc. Negro Higinio! no pues no te olvides de ellos; con mucho cariño a mis ex-compañeros un abrazo.

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  2. Sí, es que básicamente mencioné a los que estudiaron conmigo desde primero (salvo algunas excepciones). Bueno, yo no estudié con Gómez, Higinio, Pareja... Un abrazo, querido amigo.

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