Voz de ángel rosa recién cortada
Carlos Oquendo de Amat
Carlos Oquendo de Amat solo publicó un
libro. Fue el año 1927 y lo tituló atrevidamente 5 metros de poemas. En una sociedad cerrada y prejuiciosa, hipócrita y murmurante como la
limeña, tan poco dada a la lectura pero curiosamente apegada a los versos
altisonantes y contundentes del novomundista Chocano, un libro de poemas con
ese título o daba para el escándalo o simplemente pasaba desapercibido. Ocurrió
lo segundo. El silencio acompañó cual sombra la salida de este libro ahora
mítico e impregnado de leyenda.
La particular carátula del libro (que simula
un ecran, deja ver cual si fuera una proyección no solo el título y
el nombre del autor-director, sino también cuatro rostros o máscaras y un
telón) fue un grabado del artista Emilio Goyburu. Aunque hubo un tiempo que circuló la falsa
versión que quien lo había diseñado había sido el poeta César Moro.
Según las fechas consignadas al pie de los poemas, estos fueron creados entre 1923 a 1925. Dos años después, Oquendo decide publicarlos. 5 metros de poemas fue impreso por la editorial
Minerva cuyo gerente era Julio César Mariátegui La Chira, hermano del Amauta
José Carlos Mariátegui, gran amigo del poeta puneño, y su publicación fue financiada en parte con unos “Bonos de Suscripción” ideado
por el mismo Oquendo.
José Carlos y Julio César Mariátegui |
Luego de más de ochenta años de haber sido
editado, el formato del libro no ha perdido su capacidad de sorpresa, recordemos
que es una larga hoja que se despliega y que se aproxima a las dimensiones que
el título anuncia. Es innegable que
desde ese extraño título la ironía y el humor protagonizan un papel importante.
Por ejemplo, todo el libro es una sutil crítica a la sociedad capitalista,
donde hasta los poemas podrían comprarse como cualquier mercadería, en este
caso por metros.
Igualmente el cine está presente en el libro.
Esa larga hoja recuerda a la cinta de celuloide donde cada poema bien podría
ser un film (incluso hay en el poemario una “página” que anuncia “10 minutos de
intermedio”). Oquendo fue un apasionado del cine. José Luis Ayala escribió, en
la minuciosa biografía del poeta puneño,
que Oquendo era un fiel admirador de Rodolfo Valentino cuya muerte lo puso muy
triste y que a pesar de las penurias económicas, a poco estuvo, junto a su gran
amigo Adalberto Varallanos, de publicar una revista de crítica cinematográfica
titulada Celuloide, que por problemas
de financiación de último momento no pudo salir en circulación.
Rodolfo Valentino |
Con respecto al tiraje del libro, se sabe
que se imprimieron trescientos libros. ¿Qué han sido de ellos? Recuerdo que en
alguna oportunidad, Carlos Germán Belli, escribió que él alcanzó a ver un
ejemplar del año 1927, bastante maltratado en la Biblioteca Nacional, ¿se
conservará todavía ese ejemplar? Alguna vez pregunté al poeta Vicente Azar si
tenía 5 metros de poemas, pues él
había conocido a Oquendo. Me contestó que no, pero que cuando joven tuvo uno en
sus manos, pues Oquendo pasaba algunas temporadas en la casa de Barranco de Vicente
Azar, que para entonces tendría unos quince años, y que en un gesto de
agradecimiento, el Virrey
(sobrenombre con el que se conocía al poeta) regaló un ejemplar a la madre de
Vicente Azar por lo bien que lo había atendido: “Lamentablemente, ese libro se
perdió, no sé cómo ni dónde”, me diría el poeta de Arte de olvidar.
Vicente Azar |
Hace ya diez años, en una visita que hice al
amigo poeta José Pancorvo, descendiente del escritor Manuel Beingolea, amigo y
protector de Oquendo, le pregunté si él tenía un ejemplar del mítico libro. Me contestó
que en el baúl que conservaba con manuscritos y otras pertenencias de su tío
abuelo, no se encontraba el ejemplar del poemario de Carlos Oquendo de Amat,
que es más que seguro le debió haber dado por la entrañable amistad que los había
unido. En fin, es una larga historia de silencios y ausencias y extravíos la que envuelve a
este libro.
José Pancorvo |
Manuel Beingolea |
Ya para terminar esta breve entrada, quiero
comentar que una vez publicado el libro, Oquendo fue derivando todo su interés
hacia la política. Él fue un hombre de izquierda, un comunista convicto y confeso que por su
filiación sufrió injusta prisión y torturas. Hechos que a la larga acelerarían
su muerte trágica en España, donde está enterrado. Sin embargo, Carlos Oquendo
de Amat, nunca abandonó la escritura. Circulan a través de libros y
publicaciones (agotados muchas veces) que recogen algunos poemas que Oquendo
publicó en revistas cuya existencia se fueron olvidando (como los dos primeros
poemas, uno de ellos contemporáneo a los de 5 metros...) o textos (en realidad apuntes, ensayos) que quedaron a mitad de su camino recorrido
y que fueron conservados por un familiar y que sí son posteriores a la publicación de su único poemario. Este puñado de poemas y textos son los que a continuación transcribo.
NATURALEZA
El sol
está mordiendo los senos voluptuosos
De la
pradera verde…
Desnuda,
Oh qué
sensual debe ser el Sol…
………………………………………………….
Los
labios insinuantes del recuerdo
Me han
besado con sabores de Ayer…
………………………………………………….
Y en la
pizarra enigmática, de aquel asfalto gris
Yo…
ella; éramos al crepúsculo
Como
dos puntos de interrogación…
Naturaleza:
Pero si
todo es verde,
Así,
tan verde como los ojos de ella!...
(Bohemia Azul, Lima, año I, N. 1, 16 de setiembre de
1923)
CANCIÓN
DE LA NIÑA DE MAYO
El
viento entreabre tu sombrero luna de mayo
¿Por
qué guardar en tus ojos violetas humedecidas?
dime
tu nombre seguridad de flor
Háblame
del recuerdo oloroso de los niños
que
saben leer el mar
Y
de tu infancia un ángel a la espalda y la gracia entre nosotros
Háblame
para
que así lejanamente se caiga mi pena en el sueño
(Chirapu
N° 3, página 6, 1928)
PARÍS
La
Torre Eiffel sostiene el cielo cúbico de París
con
el dedo pulgar
cuando
pienso se quiebran 100 pétalos secretos
Lo
sé
jamás
escribiré sobre xxxxxxxxxxxxxxxxx (*)
En
la tristeza imperfecta
xxxxxxxxxxxxx corre detrás del último sueño
MI
PALABRA ESTÁ PRISIONERA EN TU TERNURA
y
no tengo a quién entregar mi xxxxxxxxxxxxxxx
lleno
de América
POR TI
EL CIELO Y LAS PALABRAS
Una
mujer convertida en brisa y fruta fresca
En
los cerros
las
casas trepan como leopardos xxxxxxxxxxxxxxx
luciérnagas
De
una cesta recién dibujada
una
niña
saca
los últimos panes horneados por sus manos
la
vida se acorta cada tarde que el aire
xxxxxxxxx por enredaderas
Estoy
y no aquí solo toso estrellas
Nadie
recoge
LOS
LATIDOS DEL TIEMPO
POETA EN LOS EUCALIPTOS
He
visto recorrer la luna en tus ojos
recuérdame
para
que se abra la rosa distante de la lluvia
Tu
sonrisa oración xxxxxxxxxxxx
hizo
que repentinamente
regrese xxxxxxxxxxxx del otro lado de la vida
y
yo xxxxxx vivir en las ocho vertientes de mañana
El
campo escribe poemas entre viejos eucaliptos
tú
deshojas
LA
MARGARITA DE TU MIRADA
NIÑO AL LADO DEL CIPRÉS
El
horizonte volteaba el rostro
y
la lluvia hablaba por tu mirada ángel desnudo
En
tus pasos recién descubiertos de fina escarcha
aparecía
mi nostalgia
Tus
manos se ahogaron
Saúl
dan bel xxxxxxxxxxxx
en
charcos ocultos y humo denso de las ciudades
No
había ni una golondrina en la tarde
LOS BARCOS DENTRO DE LA
TARDE
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Entonces
los
barcos pasarán en celuloide a colores
no poemas
objetos estéticos estáticos
SINO
móviles imágenes asimétricas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Hacia
Europa de puerto en puerto
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
POEMA ESCRITO EN EL AGUA
El
girasol de la lluvia no podrá alcanzarte Arthur (**)
en
escalinatas de antiguos trasatlánticos
Pero
los poetas puros no han perdido fe en el futuro
respiran
dentro de una escafandra
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
¿Quién
será que asoma trayendo el viento a la puerta?
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
En
fin
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
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Continuará…
Morada de Barranco, 25 de mayo
de 2013.
Muy bueno, sigue ilustrandonos con esa poesia añeja,Pero buena como el vino ...
ResponderEliminarFranklin, gracias por leerme y por tu comentario. Un abrazo a la distancia.
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