Pero estas cosas deben decirse en voz baja…
Martín Adán
El cine noir o cine negro, que tuvo su auge entre los años 40 y 50, ha ejercido una indeleble e innegable influencia en el cine posterior a esas décadas. Hasta el día de hoy podemos visionar películas donde está presente algo o mucho de su estética visual y narrativa, pienso en Al final de la escapada de 1960, Chinatown de 1974, Taxi Driver de 1976, Blade runner de 1982, Seven de 1995, Heat de 1995, Fargo de 1996, L. A. Confidential de 1997, Memento de 2000, Mulholland Drive de 2001, Sin City de 2005, Drive de 2011 y una película cuya primera versión es del año 1947: El callejón de las almas perdidas de 2021, todas ellas dignas herederas del apasionante cine negro.
Después de la década del 50, el cine noir entró en decadencia y dejó de filmarse, pero su espíritu aún pervive, bien porque podemos acudir a los herederos de su estética (el neo-noir) o porque podemos volver a los grandes clásicos de este cine del claroscuro. Una de sus características es su estética visual a través de la técnica del claroscuro o tenebrismo, una clara influencia del expresionismo alemán patente en filmes como El gabinete del doctor Caligari (1920) de Robert Wiene, Nosferatu (1922) de Friedrich Wilhelm Murnau, Metrópolis (1927) de Fritz Lang, La caja de Pandora (1929) de Georg Wilhelm Pabst o M, el vampiro de Düsseldorf (1931) de Fritz Lang (este último ya perteneciente al cine sonoro)…
Esta influencia era explicable, algunos de los más connotados directores del cine noir eran de origen alemán o austriaco, pienso en Fritz Lang, Billy Wilder, Otto Preminger, Robert Siodmak, por mencionar a algunos, que habían logrado escapar de la locura nacionalsocialista para afincarse en los Estados Unidos donde desarrollarían con éxito sus carreras cinematográficas.
Visionar una película del cine negro es estar por lo general frente a imágenes nocturnas en blanco y negro (aunque no siempre, Que el cielo la juzgue (1945) de John M. Stahl, film a colores con las bellísimas Gene Tierney y Jeanne Crain). Destacan en estos filmes los marcados contrastes de luz y sombra para crear una atmósfera opresiva, cargada de pesimismo y muchas suspicacias: una traición acechante, un amor trágico y con tintes melodramáticos, el miedo paralizante, el descubrimiento de un oscuro secreto del pasado o una muerte sorpresiva, a veces inesperada. En fin, la fatalidad como destino ineludible, a la manera (salvando las distancias) de las tragedias griegas: muchas de estas películas no tienen un final feliz.
Entre el humo de cigarrillos, ambientes elegantes o de los bajos fondos urbanos, entre taxistas, policías, ladrones, camareros, estafadores, asesinos y detectives, destacan dos tipos de protagonistas en el cine noir: uno es un antihéroe, un personaje signado por la ambivalencia y la falta de escrúpulos, capaz de gestos enaltecedores como de las bajezas más vergonzantes. El otro personaje, una mujer, no sumisa y humillada, sino seductora y malvada, manipuladora y fría, calculadora y descarada que arrastra a la destrucción al protagonista: la femme fatale, una mujer capaz de amar (o casi) y de tejer las más finas trampas.
Grandes ejemplos de actrices que actuaron de mujeres fatales fueron Gene Tierney (Laura, de 1944), Joan Bennett (Scarlet Street, de 1945), Lauren Bacall (The Big Sleep, de 1946), Verónica Lake (The Blue Dahlia, de 1946), Ava Gardner (The Killers, de 1946), Rita Hayworth (The Lady from Shangai, de 1947), Gloria Grahame (The Big Heat, de 1952)…, y algunas hoy algo olvidadas como Ella Raines (Phanton Lady, de 1944), Ann Savage (Detour, de 1945), Jane Greer (Out of the Past, de 1947), Lizabeth Scott (Dead Reconing, de 1947), Peggy Cummins (Gun Crazy, de 1950) o Jean Wallace (The Big Combo, de 1955)…
Hace dos días me topé con un film casi olvidado, me refiero a El gran Flamarion (1945), una de las primeras películas de Anthony Mann. En este film aparece una seductora y desalmada mujer fatal, para Rita y para mí, todo un descubrimiento: Connie (Mary Beth Hughes), es una despiadada mujer que provoca el asesinato de Al (Dan Duryea), su primer esposo, y astutamente conduce con engaños a la destrucción a Flamarion (Erich Von Stroheim), un solitario y enigmático actor de variedades quien, no sin antes ofrecer resistencia, cae rendido a la tentación de su bella asistente… El gran Flamarion es una de esas pequeñas joyas escondidas que de tiempo en tiempo aparecen y reafirman nuestro amor por el cine.
Unas semanas atrás, conversaba con mi hermano Arturo sobre el cine negro, mencionábamos a ciertos actores y actrices, los títulos de algunas películas, celebrábamos sus bondades, sus recursos para nosotros entrañables, no dejábamos de echarle con justicia flores a un cine que creemos no deja de emocionar y no ha perdido vigencia. Unos días después, me pregunté qué películas recomendaría a alguien que quiera introducirse al cine noir. Esta es la lista, un puñado de treinta películas (ordenados por años) para adentrarse al mundo fascinante y misterioso del cine negro.
1. El halcón maltés (1941) de John Huston.
2. El último refugio (1941) de Raoul Walsh.
3. Tener y no tener (1944) de Howard Hawks.
4. Laura (1944) de Otto Preminger.
5. Perdición (1944) de Billy Wilder.
6. Historia de un detective (1944) de Edward Dmytryk.
7. Alma en suplicio (1945) de Michael Curtiz.
8. El desvío (1945) de Edgar G. Ulmer.
9. El cartero siempre llama dos veces (1946) de Tay Garnett.
10. El sueño eterno (1946) de Howard Hawks.
11. Forajidos (1946) de Robert Siodmak.
12. Gilda (1946) de Charles Vidor.
13. Retorno al pasado (1947) de Jacques Tourner.
14. Secreto Tras la puerta (1948) de Fritz Lang.
15. La fuerza del destino (1948) de Abraham Polonski.
16. La dama de Shangái (1948) de Orson Welles.
17. El demonio de las armas (1949) de Joseph H. Lewis.
18. Almas desnudas (1949) de Max Ophüls.
19. El tercer hombre (1949) de Carol Reed.
20. La jungla de asfalto (1950) de John Huston.
21. El crepúsculo de los dioses (1950) de Billy Wilder.
22. En un lugar solitario (1950) de Nicholas Ray.
23. Cara de ángel (1952) de Otto Preminger.
24. Cautivos del mal (1952) de Vincente Minelli.
25. Manos peligrosas (1953) de Samuel Fuller.
26. Los sobornados (1953) de Fritz Lang.
27. Conspiración en silencio (1955) de John Sturges.
28. El beso mortal (1955) de Robert Aldrich.
29. Chantaje en Broadway (1957) de Alexander Mackendrick.
30. Sed de mal (1958) de Orson Welles.
Continuará…
Morada de Barranco, 28 de setiembre de 2023
Siempre que veo una película del cine noir, es difícil no conmoverse, termino envuelta en esos escenarios, en el estilo de la bella fotografía, y en los grandes actores. Gracias por las recomendaciones, y por escribir tan interesante información acompañada de esas fotos tan geniales. :)
ResponderEliminarA ti las gracias por darte un tiempo y dejar un comentario. El cine noir es embrujador, cautivante... Su atmósfera cargada de sospechas, las luces y sombras de su fotografía nos engancha y volvemos siempre a estas películas, esto último esa una de sus cualidades.
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