lunes, 20 de marzo de 2023

5 METROS DE POEMAS: EDICIONES

 


                                                             abra el libro como quien pela una fruta

                                                                         Carlos Oquendo de Amat




   Carlos Oquendo de Amat tuvo serios problemas económicos para publicar su libro, su único libro, el mítico 5 metros de poemas. Parece ser que apenas pudo retirar de la Editorial Minerva un número reducido de ejemplares de esa legendaria primera edición, de ahí que se conserven muy pocos y el valor de uno ellos hoy alcance cifras estratosféricas. ¿Qué pasó con aquellos libros que no fueron retirados de la editorial? Probablemente fueron usados como material de embalaje o simplemente destruidos, como suele suceder: es práctica muy común con aquellas publicaciones que no fueron retiradas por falta de pago.





   Escribió José Luis Ayala, uno de los más importantes investigadores de la vida del poeta vanguardista: “Una vez que el poeta puneño tuvo los originales listos, buscó a José Carlos Mariátegui para pedirle que lo apoye en su edición. Es fácil deducir que Mariátegui conocía toda la producción de Oquendo escrita hasta 1927, por lo que con mucha emoción y confianza habló a su hermano Julio César para que procediera a publicar el libro titulado 5 metros de poemas.





   Emilio Goyburu diseñó e hizo el grabado de la carátula en linóleo y con sus propios buriles. Oquendo naturalmente quedó satisfecho del proyecto e imagen final de la carátula del libro que como apreciará el lector, se trata de una visión cinética donde se aprecian cuatro rostros de teatro o máscaras que aparecen delante de un telón, en la parte de abajo se nota un ecran y en la parte inferior el nombre completo del poeta Carlos Oquendo de Amat, lo que naturalmente lo diferencia del nombre de su padre, el periodista y parlamentario puneño Carlos B. Oquendo Álvarez.





   Debido a la situación económica (Carlos Oquendo de Amat) ideó Bonos de Suscripción, sistema del cual es precursor, para publicar su libro después de haber pactado el precio con Julio César Mariátegui La Chira (hermano del Amauta), gerente de la Editorial Minerva. Se dedicó a visitar primero a sus parientes y luego a sus amigos, enseguida librerías, a Manuel Beingolea, Enrique Barboza y Carlos Schiafino, tres personas que permanentemente lo protegían en sus horas más difíciles y quienes adquirieron mayor número de bonos”*.





   Allá por 1993, el poeta Vicente Azar me contó que conoció a Carlos Oquendo de Amat: “Una pequeña temporada estuvo en mi casa, mi madre lo atendió como a un hijo más”. Cuando el libro empezó a circular, Carlos obsequió un ejemplar con dedicatoria a la madre del poeta de Arte de olvidar. No sé por qué nunca le pregunté qué había sido de ese ejemplar, tampoco le pregunté si él conservaba el poemario en su biblioteca. En una visita que hice al poeta José Pancorvo en su casa de Barranco (que hoy está a la venta), le pregunté si entre los libros de Manuel Beingolea (tío de José y amigo muy cercano del poeta Oquendo) se conservaba algún ejemplar de 5 metros de poemas, me contestó que no. Extraño sino de ese libro signado, pareciera, por el misterio. No solo circularon pocos ejemplares, sino que aquellos que alguna vez tuvieron un ejemplar en sus bibliotecas, lamentablemente lo perdieron.





   Hace unos años, un amigo librero me contó una anécdota increíble sobre la suerte de uno de esos ejemplares de esa edición príncipe de 1927 (como aparece en el libro). En una de las más connotadas universidades del país, empleados de la biblioteca ordenaban y a la vez se deshacían de publicaciones antiguas (esto es algo que nunca he comprendido, pero ocurre y es bastante común en las bibliotecas de las universidades nacionales y particulares de este país). En los anaqueles hallaron, los desinformados empleados (por no llamarlos de otra manera), dos ejemplares de 5 metros de poemas: la primera edición (bastante estropeada) y una edición facsimilar reciente (probablemente la de 1980). Decidieron, como si le hicieran el más grande favor a la universidad para la que trabajaban, arrojar al tacho la vieja edición cuya conservación no se justificaba al contar con otro ejemplar en magníficas condiciones. Me costó creer lo que me contaba mi viejo amigo, hasta el día de hoy me resisto a aceptar que se pudiera cometer tamaña estupidez.




   Luego de esa primera edición, ¿cuántas ediciones más se han hecho? Difícil respuesta. La segunda edición (1968) demoró unos cuarenta años en aparecer (libro pequeño, no reproducía su carátula, aunque sí respetó el formato de cinta plegable, pero lamentablemente con errores como alterar el orden de los poemas). Después de esa segunda edición ha venido editándose este libro fundamental. Inicié un rastreo: luego de la primera edición se han hecho treintaitrés ediciones, algunas de ellas fuera del país y en otros idiomas (inglés, italiano, asturiano). Es probable que a pesar del cuidado que he tenido se me haya escapado alguna edición, pero estas son las ediciones que he podido hallar:




1. 5 metros de poemas. Lima, Editorial Minerva, 1927 (aunque todo parece indicar que empezó a circular hacia 1929).





2. 5 metros de poemas. Lima, Editorial Decantar, 1968. (Edición pequeña).





3. 5 metros de poemas. Lima, Petróleos del Perú, Editorial Ausonia Talleres Gráficos S. A., 1980. (Edición facsimilar).





4. 5 metros de poemas. Presentación de Alberto Tauro del Pino. Lima, Municipalidad de Lima Metropolitana, Munilibros Nº 3, s/f [1986]. (Edición facsimilar aunque de menor tamaño).





5. 5 metros de poemas. Prólogo de J. M. Gutiérrez Souza. Colofones de Carlos Meneses y José Luis Ayala. Madrid, Editorial Orígenes S. A., Colección La Lira de Licario, 1986.





6. Five Meters of Poems. Traducción al inglés por David M. Guss, con xilografías de Antonio Frasconi. Isla Vista, California, Turkey Press, 1986.





7. 5 metros de poemas. Puno, Grupo Lluxlla Editores, 1986.

8. 5 metros de poemas. México. Juan Pablos Editores / Universidad Autónoma Metropolitana, 1989.





9. Voz de Ángel. Obra poética completa y apuntes para su estudio. Prólogo y colofón de Carlos Germán Belli. Lima, Editorial Colmillo Blanco, Colección de Arena, 1990.





10. Poesía Completa. Traducción al asturiano por Vicente García Oliva. Asturias, Academia de la Llingua Asturiana, Colección Llibrería Académica, 1993.





11. 5 metros de poemas. Lima, Arteidea Editores, Arteidea revista de cultura N.º 3 (fascículo que acompañó a la revista), julio de 2000.





12. 5 metros de poemas. Presentación por Daniel Salas Díaz. Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Colección El Manantial Oculto 27, 2002.





13. 5 metros de poemas / 5 metri de poesie. Traducción al italiano por Riccardo Badini. Italia, separata de la revista In Forma di Parole, 2002. Italia (Edición bilingūe italiano-español).





14. 5 metros de poemas. Prólogo de José Luis Ayala. Puno, Pro Cultura, Gobierno Regional de Puno, 2004.





15. 5 metros de poemas. Lima, Editorial Universitaria de la Universidad Ricardo Palma, 2005. (Edición facsimilar).





16. 5 metros de poemas. Lima, Arteidea Editores, 2005.

17. 5 metros de poemas. Lima, Libros de la quimera, 2005. (Edición facsimilar).





18. 5 metros de poemas. Lima-Arequipa, Ediciones Aquelarre S. A. C., 2006. (Edición

facsimilar).

19. 5 metros de poemas. México D. F., Textofilia Ediciones, 2009 (Se editó una segunda

edición en 2016).





20. 5 Meters of Poems. Traducción al inglés por Joshua Beckman y Alejandro de Acosta. Brooklyn, New York, Ugly Duckling Presse, 2010 (Edición bilingūe español-inglés).





21. 5 metros de poemas. Puno, Qhala Editores, 2011. (Edición facsimilar).





22. 5 metros de poemas y otros textos. Presentación y edición de Sylvia Miranda. Lima-Ica: Biblioteca Abraham Valdelomar, diciembre de 2012. 76 pp. (Colección La Fuente Escondida; 3). Poemas publicados entre 1923 y 1929 en reproducción facsimilar, fragmentos y poemas no terminados, versos sueltos y dos prosas.





23. 5 metros de poemas. Lima, Ediciones Librería Contracultura, 2013.





24. 5 metros de poemas. México, Esto es un libro, 2013.





25. 5 metros de poemas. Edición de Cecilia Podestá. Lima, Máquina Purísima Ediciones, 2014. (Edición facsimilar intervenida).





26. 5 metros de poemas. Madrid, Editorial El Taller del Libro, febrero de 2015.





27. 5 metros de poemas. Lima, Derrama Magisterial, 2015.





28. 5 metros de poemas. Madrid, Paisana editorial (encuadernación artesanal), 2016.





29. 5 metros de poemas. México, La Cleta Cartonera, 2016.





30. 5 metros de poemas. Edición de la Dirección Regional de Educación de Puno, junio de 2018.





31. 5 metros de poemas. Lima, Lluvia Editores, 2018.





32. 5 metros de poemas. Puno, Rupestre Ediciones, 2018.





33. 5 metros de poemas. Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Peralta, Puno. (Probablemente la edición más pequeña: 8 cm x 8 cm), s/f.





34. 5 metros de poemas. Bogotá, Colombia. Editorial Enredadera (Ilustrado por Laura Barbosa Silva), 2022.





   Debo mencionar que hay antologías diversas que publican el libro completo de Oquendo (incluso con los poemas no recogidos en su libro). Estos libros son los siguientes:

1. Vuelta a la otra margen. Lima, Casa de la Cultura del Perú, 1970. (Antología de poesía peruana, seleccionada por Mirko Lauer y Abelardo Oquendo, que contiene 5 metros de poemas además de cuatro poemas publicados solamente en revistas de la época).





2. Surrealistas & otros peruanos insulares. Selección de Mirko Lauer y Abelardo Oquendo. Prólogo de Julio Ortega. Barcelona, Ocnos, 1973.





3. Poesía Vanguardista del Perú (2 tomos). Edición, prólogo y bibliografía de Luis Fernando Chueca. Lima, Editorial Rectorado PUCP, 2009. (Reúne de manera facsimilar diez poemarios vanguardistas, entre ellos 5 metros de poemas).






4. La vanguardia puneña. Emilio Armaza / Alberto Mostajo / Gamaliel Churata / Alejandro Peralta / Emilio Vásquez / Carlos Oquendo de Amat / Luis de Rodrigo. Universidad Nacional del Altiplano, Puno, número 24 de la colección Biblioteca Puneña, 2013.





   Dos curiosidades: la primera, el poemario a mano y la podemos hallar en la web (https://issuu.com/lilharesidencia/docs/tilsa 5 metros/s/122782): 5 metros de poemas. Copia pirata artesanal de Tilsa Otta, 2019.





   La otra curiosidad es un ejemplar de 5 metros de poemas de la edición facsimilar de la Universidad Ricardo Palma (2005) intervenida en 2022 por Juan Carlos Mestre, poeta, pintor y grabador español.








   Y unos ejemplares que me dejan algo inquieto: una probable edición en fondo azul que no sé si es un efecto de un fotógrafo juguetón o una edición desconocida (¿libros independientes?).







   Continuará...




                                   Morada de Barranco, 20 de marzo de 2023






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* Ayala, José Luis. Carlos Oquendo de Amat / Cien metros de biografía, crítica y poesía de un poeta vanguardista itinerante. De la subversión semántica a la utopía social. Lima, Editorial Horizonte, 1998. Página 155.

Algunas de las fotos son de Víctor Villegas, a quien agradezco la generosidad de permitirme publicarlas.





sábado, 18 de febrero de 2023

UN BREVE APUNTE DE FEBRERO



                          Pues es tu honor cambia de cauce la geometría de las cosas…        

                                                                                                       Alberto Hidalgo



   Eran tiempos en los que no sabía leer todavía, pero cómo me encantaba el cine. Todos los domingos, por la tarde, luego de recibir la propina, asistía religiosamente a uno de los tres cines de barrio de Barranco (inolvidables Raimondi, Balta y Zenith, hoy desaparecidos). Emocionado acudía a la sala de turno y salía realizado de ella, siempre con la firme certeza de que el próximo domingo estaría de regreso (y llevando también conmigo el sueño irrealizable, imposible, de que fuera domingo todos los días de la semana). Mis citas con el cine eran impostergables, nada lo podía impedir (salvo algún terremoto, como que en verdad ocurrió, pero esa ya es otra historia).





   Lo he comentado en alguna oportunidad: a veces ni sabía qué película se iba a proyectar, el asunto era estar sentado frente a la pantalla, con las manos aferradas a los brazos de la butaca, dispuesto a embarcarme, con el corazón galopante, en ese desfile de imágenes que me hacía vivir otras realidades, habitar otros mundos. Así fueron esos domingos de mi infancia, con mayor razón si no se contaba con un televisor en casa, porque entonces no teníamos uno. El cine fue, y aquí tomo prestada esta frase: “La escuela de los domingos”, esa a la que asistía contento, a diferencia de la otra escuela.





   Una de las películas que más recuerdo de esas matinés dominicales es Un millón de años antes de Cristo (One Million Years B. C., film de 1966, dirigida por Don Chaffey). Dos o tres veces visioné el film cuando niño, todas ellas en el desaparecido cine Raimondi, el más cercano de casa. Pienso en este largometraje y pareciera verme (como en un ecran) sentado junto a mi madre, los ojos bien abiertos, atento. A pesar de no saber leer, veía deslumbrado las imágenes, mientras muy de vez en cuando mi mamá me contaba en voz baja qué sucedía en algunas escenas. Lo demás (que era casi toda la película) lo inventaba, creaba yo mi propia historia que tenía que ir de la mano con lo que la pantalla mostraba.





   Un millón de años antes de Cristo es una película cargada de fantasía y aventuras, bastante ingenuas por cierto, con personajes que pasan por situaciones realmente imposibles debido a una innegable falta de rigor científico (pero entonces no lo sabía): ¿un alosaurio, que luego de experiencias como Jurassic Park no asustaría a nadie, atacando a seres humanos? Como bien sabemos, los hombres y los dinosaurios jamás fueron contemporáneos (hay una diferencia aproximada de más de 65 millones de años), pero en la película sí. Esas libertades rompían las ataduras de la realidad real y los niños de entonces navegábamos complacidos y emocionados en esta nueva realidad gobernada por la ficción: el mundo entonces era más ingenuo y se estaban abriendo puertas hacia nuevos horizontes.





   Con sus imágenes coloridas y fantasiosas, con una escenografía de cartón tratando de representar el mundo perdido del hombre de las cavernas, con recursos que hoy sinceramente motivarían sonrisas, el film tuvo un rotundo éxito y elevó a los altares de la admiración y el deseo a una naciente estrella del cine: una chica bella, me corrijo, bellísima, con un indisimulable peinado sesentero y un bikini supuestamente de pieles (“el primer bikini de la humanidad”, como se anunciaba) cautivó a los espectadores, sobre todo a los varones, incluso por la perfección de sus formas evidenciada en este curioso film, la joven fue conocida como “El Cuerpo”. Raquel Welch, que ese es el nombre de la actriz (Loana en el film) alcanzaría la fama tan ansiada por tantas jóvenes, que como ella, buscaban en el cine la oportunidad. Ella la alcanzó con ese personaje, con esa película.





   Le había nacido entonces una nueva estrella al cine, un nuevo “sex symbol”, sueño inalcanzable de muchos hombres en el orbe entero, como en su momento lo fueron (aunque, valgan verdades, algunas de ellas, como Raquel, para toda la eternidad) Marilyn Monroe, Brigitte Bardot, Anita Ekberg, Rita Hayworth, Clara Bow, Claudia Cardinale, Jean Harlow, Hedy Lamarr, Gene Tierney, Ava Gardner, entre otras. Fue tan fulgurante su aparición que pronto, la foto que la mostraba de pie, vestida con el bikini de piel se convertiría en una de esas imágenes más reproducidas: había nacido así, de manera fulminante, la leyenda, el mito de Raquel Welch.





   Hoy, con nostalgia y con tristeza la recordamos, pues hace pocos días partió hacia aquellos “espacios donde se vive sin sombra”. Así es, ha partido Raquel Welch con 82 años: algo o mucho de nuestras vidas se va con ella. Escribió el poeta peruano Francisco Bendezú: “Los días pasan / como tranvías...”, efectivamente, los días transcurren velozmente y en ese transcurrir poco a poco se están yendo algunas otras personas ligadas a nuestra infancia y adolescencia: Jean-Luc Godard, Mónica Vitti, Ray Liotta el año pasado, Stella Stevens el día de ayer, unos días antes Carlos Saura, hace unas semanas Gina Lollobrigida, en fin…





  Se están yendo, sí, pero ahí están sus películas, a través de ellas vencen a la muerte y al tiempo que a nadie perdonan. Sirvan estas líneas como homenaje no solo a la bella Raquel Welch, cuya imagen perdurará, sino a todos aquellos que a través del cine, esa fabulosa escuela de los domingos, nos alimentaron, nos hicieron crecer y nos permitieron vivir aquellas vidas que la realidad constriñe, limita.




   Continuará…



                                                  Morada de Barranco, 18 de febrero de 2023