lunes, 29 de diciembre de 2014

LOS BEATLES Y LOS ROLLING STONES

                                                                     




                                                             ¡A ellos qué sencillo les fue ser música!
                                                                                                              Anónimo





   La Navidad llegó y con ella, entre los regalos, un libro (en realidad dos, pero del primer tomo de los Cuentos Completos de Antón Chéjov hablaré en otro momento). Me refiero a Los Beatles vs. Los Rolling Stones, del historiador John McMillian. En tres días di cuenta de él: informativo, imparcial y entretenido sobre un asunto del que muchos han opinado: la rivalidad entre estos dos grupos ingleses (lo que fastidia un poco sí son los muchos modismos españoles empleados en la traducción). Si bien es un tema bastante manoseado, McMillian logra engancharnos con su libro que se nota que es producto no de la improvisación y de las leyendas sino de una exhaustiva investigación y de una amplia documentación.








   ¿The Beatles o The Rolling Stones? Hasta el día de hoy la pregunta se mantiene. Yo no me hago problema, los dos son grandes bandas y a los dos escucho y los disfruto como un condenado, aunque si a mí me hicieran tal pregunta, sin dudar daría mi respuesta: amo apasionadamente la música de los de Liverpool. Siempre fue así; es decir, siempre fue así desde que los redescubrí a los dieciséis años, desde entonces siempre me atrajo el abanico de posibilidades musicales de The Beatles, en cambio siempre me pareció, a pesar de su contundencia, que el espectro musical  The Rolling Stones era restringido,  creo que fue Lennon que alguna vez dijo algo así como: “Los Rolling Stones hacen rock, los Beatles hacemos música”. Puede sonar soberbio, pero grafica bien la amplitud de registros de los Fab Four. En otras palabras, The Beatles, forever.








   Esta rivalidad, entre otras cosas, estaba sustentada en la idea de que los Beatles eran los educaditos, los chicos buenos, los que estaban conformes con el sistema; en cambio los Rolling Stones eran los salvajes, los chicos malos, los disconformes. Hoy todos sabemos que no fue tanto así, que incluso se frecuentaban (en la presentación para la televisión de la canción “All You Need Is Love”, se le ve a Mick Jagger cantando o en "She's A Rainbow", canción de los Stones, Lennon y McCartney hacen los coros), es más, ellos mismos se ponían de acuerdo en las fechas de las salidas de sus discos para no perjudicar las ventas de la otra banda. 










   En el fondo todos sabemos o sospechamos, por lo menos, que esa supuesta rivalidad, de la que los mismos Beatles y Stones decían que era falsa, no era sino producto de periodistas sensacionalistas que lo alimentaban con titulares e información amarillista o de convenientes intereses económicos que a la larga solo favorecían a los dos grupos, sobre todo a las disqueras, pues eso aseguraba ventas exitosas de discos (y otros productos, merchandising, que le llaman). 








     Pero en todo hay de todo. Y hay que recordar que ellos no fueron los únicos grupos de la “década prodigiosa”, si bien los Beatles permitieron la tan famosa “invasión británica” a los Estados Unidos (The Dave Clark Five, The Animals, The Hollies, The Herman's Hermits, The Who, The Rolling Stones). Ante la pregunta de marras, algunos solían responder con un guiño, que en otras palabras quería decir: “Ni con tirios ni con troyanos”, o sea: “Ni Beatles ni Rolling Stones, The Kinks”, la tercera ruta, cuestión de gustos.









   Sin embargo… algo debió haber, sino leamos: “Los Beatles no se movían como Elvis y eso era algo deliberado, era nuestra política, porque lo considerábamos estúpido. Y después apareció Mick Jagger y resucitó la banalidad, el movimiento, hamacar el trasero y esas cosas. Y la gente nos empezó a criticar porque no nos movíamos, pero nosotros lo hacíamos como una postura intelectual. Cuando éramos más jóvenes nos movíamos y esas cosas que se hacen ahora como romper los instrumentos, es algo que Pete Townshed (guitarrista de The Who, banda famosa por romper sus instrumentos) se ha dado cuenta. Es algo que haces después de tocar seis o siete horas, rompes todo, insultas a todo el mundo. Nosotros nos pulimos y dejamos todo eso. (…) Mick es un chiste, con todos esos bailes amanerados. Siempre he respetado mucho a Mick y a los Stones, pero él ha dicho un montón de porquerías sobre los Beatles, y eso me duele, porque yo puedo despotricar de los Beatles, pero no dejo que Mick Jagger despotrique de ellos (…) Me gustaría hacer una lista de lo que hicimos y lo que los Stones hicieron dos meses después, en cada puto álbum y cada puta cosa que hacíamos, Mick hace exactamente lo mismo. Nos imita. Y me gustaría que ustedes o alguien del underground lo reconociera, ¿sabes? Satanic Majesties es Pepper, “We love you” (que es la mierda más grande de todas) es “All You Need Is Love” (…) Me duele la implicación de que los Stones eran revolucionarios y los Beatles no lo eran –continúa Lennon-. No están en la misma clase, ni a nivel musical ni de poder. Nunca lo estuvieron. Y Mick siempre sintió rencor por ello. Yo nunca dije nada. Siempre los admiré porque me gusta su música y me gusta su estilo. Me gusta el rock and roll y la dirección que tomaron cuando dejaron de imitarnos. (…) Es evidente que Mick está muy decepcionado por los grandes que son los Beatles comparados con él; nunca lo ha superado. Ahora que ya es un viejo (tenía veintisiete años) va y empieza a criticarnos, sabes. Y no para de criticar. Me molesta, porque incluso su segundo puto disco, (“I Wanna Be Your Man”) se lo escribimos nosotros”. Así respondió John Lennon a Jann Wenner, fundador y editor de la mítica revista “Rolling Stone”, allá por diciembre de 1970, en Nueva York.







   Harto de las críticas de Mick Jagger, por ejemplo, al famoso Álbum Blanco al cual el líder y  cantante de los Stones tildó de vulgar o de la forma cómo se habían separado The Beatles, Lennon contraatacó de manera airada, tal como acabamos de leer en los extractos. Según Yoko Ono, quien estuvo presente (cuando no) en la entrevista: “Jann era un periodista sabio e inteligente, en el sentido de que sabía escuchar y creo que por eso John habló y habló sin parar”.








   Lo cierto es que el libro de McMillian pone en claro algunas cosas, por ejemplo cuál de los dos grupos era el que iba a la cabeza y cuál, de alguna o de varias maneras, seguía al otro. En la entrevista de Jann Wenner a Lennon, este dice: “Me gustaría hacer una lista de lo que hicimos y lo que los Stones hicieron dos meses después”. Una lista. Claro, y ¿por qué no? No para dejar mal a nadie sino para comprobar que efectivamente durante un tiempo hubo un grupo que hacía lo que el otro. ¿Empezamos? Empezamos.








1. El corte de cabello beatle de la primera época de la banda de Liverpool, que algunos atribuyen a la artista alemana Astrid Kircherr cuando John, Paul y George estaban en Hamburgo todavía, se impuso en el mundo entero, incluidos los Rolling Stones como pueden verse en las imágenes, aunque luego los Stones arguyeron que ese corte no era de los Beatles porque ya otros personajes lo venían usando desde más antes.







2. En noviembre de 1963 salió el segundo LP de The Beatles: With The Beatles cuya carátula es una foto en blanco y negro realizada por el fotógrafo Robert Freeman, la influencia de la carátula se ve notoriamente en el segundo disco de los Rolling Stones que salió a la luz en octubre de 1964 (caras serias, sombras…).








3. En agosto de 1965, The Beatles publica el disco “Yesterday”, balada donde solo se escuchan la voz de McCartney, una guitarra acústica y un cuarteto de cuerdas. A principios de 1966, los Rolling Stones saca la balada “As Tear Go By”, donde curiosamente solo se escuchan la voz de Jagger, una guitarra acústica  y un arreglo de cuerdas que hace recordar muchísimo a “Yesterday”.








4. Rubber Soul es el sexto LP de The Beatles, un disco innovador, alabado por la crítica por la madurez musical que mostraba, en comparación a sus discos anteriores. Inmediatamente los Rolling Stones viajaron a Hollywood a grabar “a la manera beatle” (largas jornadas y completamente aislados en los estudios de grabación) las canciones de su siguiente disco que por primera vez tendría todo el material original producto de la creatividad del dúo Jagger-Richard (no hace esto recordar al tándem Lennon-McCartney), hablamos del disco Aftermath. Disco saludado como expresión de la madurez musical de los músicos de Londres (según el Rolling Stones Book, el Aftermath era “un Rubber Soul”). Si se observan ambas carátulas, incluso se podrá notar un parecido en el ángulo desde donde se tomaron las fotos y que ambos discos solo tienen el nombre del álbum mas no el de los grupos, ¿coincidencia?








5. La leyenda dice que la primera vez que se usó en el rock el instrumento músical indio conocido como sitar fue en la canción de Lennon: "Norwegian Wood (This Bird Has Flown)", (aunque en honor a la verdad unos meses antes, en junio de 1965, lo usaron los Yarbirds en su canción “Heart Full of Soul” y en julio de ese mismo año The Kinks lo emplearon en su tema “See My Friends”). El más entusiasmado en experimentar con instrumentos de la India fue George Harrison, quien guiado por sus afanes se compró un sitar y lo empleó en la canción antes mencionada. Dentro de los Rolling Stones, el más experimental, algunos decían que era el mejor músico del grupo, era el fenecido Brian Jones, este empleó allá por 1966 el sitar en el tema “Paint It Black”, se dice que el instrumento que utilizó Brian fue un préstamo de su amigo George Harrison y que incluso este le enseñó los rudimentos de este instrumento exótico.








6. Para muchos, el disco más grande del rock es el mítico y psicodélico Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, que salió publicado en junio de 1967, un disco innovador, experimental y de amplio espectro musical (rock, pop, baladas, music hall, psicodelia, canciones con influencias orientales, sinfónicas, etc). Incluso la pasta del disco, que es un collage colorido y psicodélico diseñado por Peter Blake, resultó de enorme influencia en el mundo musical. En diciembre de 1967, los Stones sacan un disco que resultó un fracaso pues se alejaron de sus raíces bluseras y en los nuevos territorios musicales que exploraron no les fue nada bien. En ese afán de superar a los Beatles se embarcaron en Their Satanic Majesties Request, que como puede verse, la pasta colorida es producto de la enorme influencia del Sargento Pepper.








7. En el convulsionado mundo político de los sesenta, los grupos musicales como The Beatles no podían estar ajenos. En julio de 1968 sale la canción “Revolution” (lado “B” de un 45 rpm), en ella Lennon expresa su visión personal y política, definitivamente la canción no hace apología de los movimientos revolucionarios violentistas, como su título engañosamente podría sugerir, sino que en ella se apela al pacifismo como la vía para solucionar los problemas sociales, esta posición atrajo muchas críticas de grupos radicales que se enfrentaron por diversos medios al compositor. Curiosamente, un mes después, los Stones sacan un disco titulado “Street Fighting Man”, canción que saldría publicada en el disco “Beggars Banquet” y donde se expresan posiciones políticas como jamás lo habían hecho los Rolling Stones. A diferencia de Lennon, Jagger captó con este tema la simpatía de los grupos radicales.







8. A través de la primera producción de televisión satelital internacional Our Word, se transmitió, en junio de 1967, para veintiséis países (más de 400 millones de telespectadores) el tema “All You Need Is Love”, tema compuesto, a pedido de la BBC, por The Beatles para que represente al Reino Unido. En agosto de 1967, los Rolling Stones publican su tema “We Love You”, canción que hace recordar algo a “All You Need Is Love” y el video de la canción tiene imágenes que remiten a la transmisión del tema de los Beatles.








9. Para diciembre de 1967, The Beatles se embarcan en un proyecto que resultaría un fracaso, hablamos del disco y de la película para televisión titulado Magical Mystery Tour. Un año después, en diciembre de 1968, los Rolling Stones decidieron superar el proyecto de The Beatles y graban lo que sería una película para televisión llamada The Rolling Stones Rock and Roll Circus. Lamentablemente el proyecto quedo en algún lugar bien guardado, nunca se proyectó sino hasta el año 1996.







10. Qué podríamos decir del título del penúltimo disco de los Beatles: Let It Be (Déjalo ser), cuya primera versión estaba lista ya en marzo de 1969 y del disco Let It Bleed (Déjalo sangrar) de los Rolling Stones que salió en diciembre de 1969 y que es casi una ironía del disco de los Fab Four que para entonces estaban en terribles pugnas.







   Son algunas de las cosas que en el libro de McMillian se mencionan. Flotan por ahí algunas cosillas que en otras publicaciones leí y que en el libro no se mencionan, por ejemplo ese sospechoso parecido entre los títulos de un par de canciones como “Baby’s In Black” y “Paint It Black” (el primero de los Beatles, del año 1964, y el segundo de los Stones, del año 1966), esa maravillosa caja de sastre que es el White Album que salió publicado en 1968 y la respuesta, pues según muchos, un referente para los Stones siempre fueron los de Liverpool, cuatro años después, del fabuloso  disco Exile on Main St., en fin.








   Nunca habrá un acuerdo y cuando de música se trata, menos aún. Ese es el gusto: discutir, intercambiar ideas. Quiero para terminar, citar las líneas con las que comienza el libro que motivó esta entrada: “En verano de 1968, Mick Jagger asistió a una fiesta de cumpleaños en su honor en el Vesubio Club, un bar recién inaugurado… Bajo las luces negras y los bellísimos tapices, algunas de las modelos, artistas y cantantes pop más de moda de Londres languidecían sobre enormes cojines… Como sorpresa, Mick llevaba consigo una copia del avance del inminente álbum de los Stones, Beggars Banquet, y cuando empezó a sonar por los altavoces de la sala la gente inundó la pista de baile. Con todo el personal 'saltando como locos' y disfrutando del disco (que pronto recibiría el calificativo de mejor álbum de los Stones hasta la fecha), Paul McCartney entró en el local y le pasó a Sánchez una copia del siguiente sencillo de los Beatles, Hey Jude / Revolution, que nadie fuera del círculo más íntimo del grupo había escuchado todavía. Según rememora Sánchez, 'el lento y atronador crescendo de Hey Jude sacudió los cimientos del club', y los asistentes reclamaron al disc jockey que pinchara la canción de siete minutos una y otra vez. Entonces el disc jockey puso la siguiente canción, y todo el mundo escuchó 'la voz nasal de John Lennon' vomitando la letra de Revolution. “Cuando terminó la canción –recuerda Sánchez-, vi que Mick parecía molesto. Los Beatles le habían robado el protagonismo”. Hasta el próximo año.










   Continuará…






                              Morada de Barranco, 30 de diciembre de 2014.





lunes, 8 de diciembre de 2014

8 DE DICIEMBRE DE 1980: DOS POEMAS A LENNON (EN REALIDAD TRES)







                                                                      Que has muerto es verdad...
                                                                                   Luis Hernández
                                                       





   Es un día feriado, muy temprano me levanté y me fui a la mesa con un libro que hace unos días me regalara el poeta Omar Aramayo: Catálogo de las naves / Antología Personal (1978-2012), del peruano Eduardo Chirinos. Abrí el libro de casi 350 páginas al azar y empecé a leer un poema titulado Un círculo lleno de flores. Un poema dedicado a John Lennon, el asesinado líder de la banda The Beatles, que dice así:


Un día como hoy mataron a John Lennon. 
Fue hace veintisiete años. Extraño número,
impar y terminado en siete. No es redondo, no
invita a celebrar aniversarios. A los veintisiete
estaba en el esplendor de su carrera (era la 
morsa) y se daba el lujo de cantar algunas calles
que ahora nos pertenecen a todos. Juré visitar
algún día esas calles. Pero el destino, que no
sabe de juramentos, me llevó primero al Central
Park. Allí lo recuerda un círculo (siempre lleno
de flores) y en él una palabra: IMAGINE.
Comencé por el final. Siempre comencé por
el final. Escuché a los Beatles cuando se habían 
disuelto, y por cobrarme diez años los vengo 
escuchando casi treinta. Lo demás es historia. 
George sobrevivió a las puñaladas de un loco 
y dijo adiós. A Paul se le murió Linda y sobrevivió 
a un divorcio. Ringo ha perdido algo de pelo, 
no esa sonrisa bonachona de quien finge no 
tomarse en serio. Hace veintisiete años mataron 
a John Lennon. Yo tenía veinte, mi hermano 
diecinueve. Los dos nos encerramos a escuchar 
sus canciones y lloramos en silencio. Nunca 
habíamos llorado juntos. Tal vez ni se acuerde. 
Cuando lo vea voy a preguntarle. 










   Me gustó mucho eso de: “Comencé por el final. Siempre comencé por / el final. Escuché a los Beatles cuando se habían / disuelto, y por cobrarme diez años los vengo / escuchando casi treinta. Lo demás es historia”. Unas horas después me puse a ver televisión y un noticiario me hizo recordar que el día de hoy, 8 de diciembre, se cumplía un año más de la caída del avión donde pereció el equipo completo de Alianza Lima allá por 1987 y, sorprendido, que en esta misma fecha, hace ya treinta y cuatro años ocurrió el asesinato del músico inglés. ¿Coincidencia? No sabría decirlo. Solo sé que el azar me llevó al poema de Chirinos, texto que por lo demás nunca había leído.








   8 de diciembre de 1980, seis de la mañana, acompaño a mi padre por la avenida principal de Barranco, en el trayecto pasamos por donde antes se entregaban los diarios a los canillitas (así se llaman en el Perú a los expendedores de diarios). De pronto, entre la multitud, veo un paquete de periódicos en el suelo y una noticia que me dejó sorprendido, consternado, incrédulo, anonadado, toda una confusión de sentimientos (como el título de la novela de Stefan Zweig): el diario Expreso anunciaba en primera plana con sus letras azules sobre el asesinato de John Lennon. La noticia golpeó duramente mi corazón de adolescente de dieciséis años.







   Si bien yo no era de la época de The Beatles (pues apenas si era un adolescente), hacía unos años, muy niño, los había descubierto, y como dice el poema de Eduardo Chirinos: “Escuché a los Beatles cuando se habían / disuelto, y por cobrarme diez años los vengo / escuchando casi treinta”. En realidad, ubicado ya en la actualidad, los vengo escuchando cuarenta y cinco años. Los descubrí a inicios de los setenta (en un 45 rpm de una tía), pero empecé a escucharlos casi religiosamente, canción por canción, disco por disco, completamente perplejo por la perfección, el equilibrio, la arquitectura de su música desde 1978. De tanto escucharlos, se me habían vuelto familiares, casi de mi entorno, de ahí la razón del por qué la noticia del asesinato de Lennon me golpeó y creo que fue la primera experiencia cercana que tuve de la presencia acechante de la muerte. Hasta entonces a esta la veía como una posibilidad lejana, apartada de mis predios. Estaba equivocado.










   Hace unos días, lo recuerdo, tres o cuatro, no más, mi hija me preguntó a boca de jarro: “Papá, ¿tú lloraste cuando se murió John Lennon”. Mi respuesta fue sincera: “Sí, hija, lloré todo el día”. Apenas lo dije, inmediatamente vino a mi memoria la tarde aquella (ya casi noche) del 9 de diciembre de 1980, en que mi madre había recibido la visita de una hermana suya, recuerdo que cuando mi madre me vio que no paraba de llorar, mientras escuchaba algunas canciones de The Beatles, se me acercó y me dijo algo que detuvo mis lágrimas: “No llores ya, guarda lágrimas para cuando me muera”. Me paralizó y un miedo más grande me invadió y dejé de llorar, aunque la tristeza no me abandonó.









   Un tiempo después, y cuando la tristeza todavía no me había abandonado, salió publicado en el diario La República un poema de Enrique Sánchez Hernani. En él, una voz juvenil habla con sus padres sobre la fatal noticia. Cuando lo leí, quedé sorprendido por cómo Sánchez Hernani había logrado con palabras cotidianas (ese "Oye papi Oye mami", por ejemplo)  un magnífico poema que expresaba la desazón de los jóvenes ante la muerte del ídolo. El texto es el siguiente:


DESPEDIDA A JOHN LENNON EN RITMO BEAT 


Oye papi Oye mami 
mataron a John Lennon 
vengan a ver esto 
le abrieron el pecho con un abrelatas 
Smith Wesson 
tenía un gramófono en el corazón 
les juro que lo he visto 
quedó regado en el piso como un reloj descompuesto 
no lo creo 
es cierto viejo 
los pushers entraron en huelga 
subí a un bus y nadie fumaba yerba 
estaban todos tranquilos 
oyendo Strawberry Fields Forever 
por el tocacintas 
dicen que la sangre le detonó en las venas 
vino el Sargento Pepper y tomó nota de los hechos 
saldrá en los periódicos 
llamen a George 
llamen a Paul y Ringo 
la música me duele 
  







   Bello poema de Sánchez Hernani que confirmaba lo que alguna vez escribiera Octavio Paz en la Advertencia a la primera edición de su libro Las peras del olmo: “Todos o casi todos, nos enamoramos; solo Garcilaso convierte su amor en églogas y sonetos. (…) El artista trasmuta su fatalidad (personal o histórica) en un acto libre. Esta operación se llama creación; y su fruto: cuadro, poema, tragedia”. Efectivamente, el poeta peruano había dado en el clavo, sus veintiún versos expresaban todos esos sentimientos que el común de los mortales no lo podía expresar con palabras, pero ahí estaba el poema de Enrique, y lo tomé como si fuera mío, como si esas palabras fueran mis palabras, como si el sentimiento que originó el poema fuera el mío, y lo era.








   Treinta y cuatro años después, mirando todo a la distancia, ya con la partida de George Harrison ("George sobrevivió a las puñaladas de un loco / y dijo adiós."y con Paul y Ringo ancianos (pero activos en la música), debo decir que la música de The Beatles me sigue acompañando, que nunca dejaré de escucharlos, que aunque no pertenezco generacionalmente a la década prodigiosa de los sesenta, estoy muy identificado con los Fab Four, con su espíritu creativo e innovador, con esa mirada esperanzadora de que las cosas pueden cambiar..., en fin, que ahorita mismo estoy escuchando, mientras escribo, el Abbey Road, ese maravilloso disco de despedida donde los cuatro (olvidando las rencillas que habían vuelto insoportable su convivencia) alcanzaron esas cumbres adonde muy pocos llegan.



JOHN LENNON


Hay cosas que a algunos nunca les sucede.
Un hermano mayor, por ejemplo,
y necesitarlo y saber que el padre gritará
y eso será definitivo, demasiado grande
para entenderlo.

Cántale a tu hermano mayor. Él sabe
algo que tú nunca sabrás. Es sencillo.
Hay cosas demasiado grandes.
Él también necesita un hermano mayor.


                                  Luis La Hoz












   Continuará…





                                              Morada de Barranco, 08 de diciembre de 2014.